Murieron mientras adoraban a Dios en su propia casa, así que [la beatificación] contribuiría mucho a fortalecer la fe de quienes la practican en zonas asoladas por la guerra, o en lugares como el norte de Nigeria, donde la mayoría de los cristianos son perseguidos”.

En su nuevo cargo, Lynch es responsable del contenido básico y la dirección estatutaria de la fundación internacional, con sus 23 oficinas nacionales. Representa a ACN en el exterior y cuenta con el apoyo del Consejo de Administración y la Secretaría General. Como presidenta ejecutiva, depende del Consejo de Supervisión, presidido por el cardenal Mauro Piacenza.

“Tanto el gobierno como las tribus tienen que pensar en el bien de la gente. El gobierno tiene que decir algo a los rebeldes, además de ‘dejen las armas’. Hay que reintegrar a estas personas en la policía y el ejército. Hay que integrarlos en la sociedad”.

También dijo que le impresionó “la gratitud de los obispos hacia ACN y sus benefactores, por todo lo que han hecho por la Iglesia que sufre en Brasil, en la región amazónica, en el campo, de norte a sur. Tuve obispos llorando, diciéndome que pueden llevar a cabo su ministerio pastoral, gracias al apoyo de los generosos hombres y mujeres que contribuyen a ACN”.

“Nosotros, los católicos, y los cristianos en general, dirigimos algunas escuelas solo para niñas. Y algunas personas están en contra de la educación de las mujeres, en Pakistán y en otros lugares”. Este hombre supervisaba la seguridad de los niños, del personal, de los padres, de todo el mundo. Para eso le pagaban. Pero en un momento de locura, hizo esto porque la escuela enseña a niñas”.

Sudán, de mayoría musulmana, y Sudán del Sur, cristiano, formaban un solo país, pero se separaron en 2011 tras décadas de guerra civil. Pero los países y sus poblaciones siguen teniendo mucho en común.