ACN ayuda a los jesuitas a abrir su primer noviciado en Bangladesh
El 16 de julio, treinta años después de su regreso a Bangladesh, los jesuitas abren un nuevo noviciado en el país del sur de Asia, donde los cristianos son una pequeña minoría. Al permitir a los novicios tener su formación inicial en las lenguas y la cultura locales, los jesuitas esperan promover las vocaciones.
Una «Gracia de Dios»: así es como el Superior de la Misión Jesuita en Bangladesh, el Padre Ripon Rozario, SJ, describe el apoyo ofrecido por la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN). Durante una visita a la sede internacional de la organización benéfica, el Padre Ripon explicó cómo treinta años después de regresar al país, los jesuitas de Bangladesh están a punto de inaugurar un nuevo centro para seguir desarrollando la Compañía de Jesús y fomentar nuevas vocaciones.
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los jesuitas en Bangladesh es la formación de nuevos miembros de la Compañía. En el pasado, la orden enviaba novicios al extranjero para su formación, en particular a la vecina India. El padre Ripon estudió en la India, Irlanda y Roma antes de ser ordenado en 2013. «Un problema importante han sido las crecientes dificultades para conseguir visados para que los novicios estudien en el extranjero, y otros problemas con pasaportes y diferentes documentos», dijo el padre Ripon. «Así que, como jesuitas, pensamos que sería bueno tener la formación inicial en la cultura y las lenguas locales. Rezamos juntos y decidimos empezar un noviciado en el país».
Una Iglesia pequeña pero vibrante
Los jesuitas llegaron por primera vez a Bangladesh en 1576 pero, por razones políticas, se vieron obligados a abandonar su misión poco después. «Solo pudimos restablecernos en el país en 1994, después de que los obispos católicos de Bangladesh nos invitaran a volver», explica el superior de la misión. Ahora hay 28 jesuitas en Bangladesh, la gran mayoría de ellos bangladeshíes.
«Dirigimos dos escuelas, una casa de retiros, varios programas espirituales y pastorales, y un ministerio para jóvenes llamado Magis Bangla», dijo el Padre Ripon. La orden también dirige una parroquia con cuatro puestos de misión para la población tribal. «Hay jesuitas de origen tribal», explica. Pueden hablar a la gente en su propia lengua».
Los cristianos son una pequeña minoría en Bangladesh, de mayoría musulmana. «Bangladesh es un país pequeño pero densamente poblado, con más de 170 millones de habitantes», explica el padre Ripon. «Hay aproximadamente 500.000 cristianos en Bangladesh, de los cuales unos 300.000 son católicos». La Iglesia católica «ha contribuido inmensamente al país», según el sacerdote, «sobre todo en los campos de la sanidad y la educación.»
«Los bangladeshíes son personas de mentalidad religiosa», afirmó. «La Iglesia es bastante vibrante, y tenemos numerosas actividades caritativas». Muchos jóvenes católicos crecen viendo los servicios espirituales y sociales que ofrece la Iglesia y se animan a hacerse jesuitas. «Ya tenemos cuatro novicios en nuestro programa de noviciado, y en junio se incorporarán seis más», dijo el padre Ripon, que también es maestro de novicios de la Compañía en el país.
«La Iglesia en Bangladesh es pobre y tiene muy pocos recursos», explicó el P. Ripon. Los jesuitas hicieron un llamamiento a ACN para que apoyara la construcción del nuevo noviciado. La organización benéfica «respondió inmediatamente diciendo que nos ayudarían», dijo el sacerdote, y el nuevo noviciado abrirá sus puertas el 16 de julio.
El padre Ripon da las gracias a los benefactores de ACN: «Gracias a vuestro generoso apoyo estamos terminando la construcción, y en los próximos años, con las instalaciones del nuevo noviciado, esperamos conseguir más vocaciones. Así que, gracias por todo el apoyo que habéis dado a la Misión Jesuita de Bangladesh a través de ACN».
– Conn McNally