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Un vehículo para la labor pastoral en Filipinas

Durante 7 años, la hermana Anita ha trabajado con los pueblos indígenas de Filipinas, en la Diócesis de San José. Les ofrece asesoramiento, atiende sus necesidades más urgentes y supervisa a los niños en la escuela primaria. También ayuda a las mujeres de la localidad y organiza eventos y actividades juveniles. “Es una alegría y una bendición”, dice sobre su trabajo.

Sin embargo, las aldeas a las que sirve están dispersas y alejadas, escondidas en las montañas. El único transporte disponible es un minibús público llamado jeepney, que pasa por las aldeas dos veces por semana. Debido a que funciona con poca frecuencia, siempre está sobrecargado no solo de gente, sino también de costales y otros objetos, lo que provoca que algunos pasajeros se vean obligados a sentarse en el techo. Estos viajes en jeepney hacen casi imposible el trabajo de la hermana Anita, por eso recurrió a Ayuda a la Iglesia que Sufre en busca de apoyo.

Gracias a la generosidad de nuestros donantes, hemos entregado 29.100 dólares para la compra de un vehículo que pueda soportar largos viajes, pistas fangosas y caminos sin pavimentar. La hermana Anita está encantada: “Su ayuda es una bendición y un gran apoyo para nuestro apostolado entre los pueblos nativos de Filipinas. ¡Muchas gracias! ¡Estamos muy contentas! Ahora estamos más entusiasmadas y dispuestas a llegar a todos los fieles y servir a la Iglesia”.

Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir los fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Las donaciones a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se utilizarán en los programas que más lo necesiten para ayudar a mantener viva la fe.

Code: 329-05-29

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