Ayuda a refugiados y personas con traumas en Filipinas
Para el obispo local, Edwin de la Peña, el diálogo y la reconstrucción de la coexistencia pacífica entre cristianos y musulmanes es una prioridad absoluta. En mayo de 2017, varios cientos de combatientes islamistas asediaron, ocuparon y destruyeron la ciudad de Marawi, que ya era un centro de la fe musulmana. Mataron a muchas personas, tomaron muchos rehenes y dañaron extensamente la Catedral Católica de Nuestra Señora. La mayoría de los rehenes eran cristianos.
Durante 5 meses, los yihadistas mantuvieron a Marawi en su poder. Finalmente, la ciudad fue liberada por el ejército del Gobierno, pero la lucha causó aún más devastación. Miles de habitantes se vieron obligados a huir de la ciudad, la mayoría de los cuales aún viven en tiendas de campaña o hacinados con sus familiares.
Ayuda a la Iglesia que Sufre proporcionó ayuda de emergencia a los refugiados durante el conflicto. Actualmente, hay una iniciativa para ayudar a los que sufrieron traumas por el conflicto. Ayuda a la Iglesia que Sufre está apoyando un proyecto dirigido por la diócesis, que apoya a unos 200 hombres, mujeres y niños que fueron prisioneros durante meses y sufrieron tormentos físicos y espirituales. Entre ellos, hay muchas mujeres, e incluso niñas, que fueron violadas por sus captores. La ayuda se da tanto a cristianos como a musulmanes. Gracias a la amabilidad de nuestros benefactores, pudimos aportar 16.900 dólares para este proyecto.
Otra iniciativa organizada por la diócesis local es el proyecto “Jóvenes por la paz”, en el que 184 estudiantes cristianos y musulmanes visitan los campos de refugiados, donde siguen viviendo decenas de miles de personas que huyeron de la ciudad. Los estudiantes ayudan a los refugiados, independientemente de su religión, y así se esfuerzan por dar testimonio de que la coexistencia pacífica sigue siendo posible, incluso después de los terribles acontecimientos de 2017.
Ayuda a la Iglesia que Sufre también ha entregado 67.600 dólares para ayudar a financiar este proyecto.
Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir los fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Las donaciones a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se utilizarán en los programas que más lo necesiten para ayudar a mantener viva la fe.
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