Reparando los lazos cristiano-musulmanes en la devastada ciudad filipina
Reinhard Backes, nuestro oficial responsable en Filipinas, regresó recientemente de una tarea de investigación en Marawi, la ciudad que estuvo sitiada por los islamistas de mayo a octubre del año pasado. Los cristianos fueron reprimidos por los insurgentes radicales, y varios de ellos fueron mantenidos como rehenes. La liberación de la ciudad de Marawi por el ejército tuvo un costo de enormes daños. Según las cifras oficiales, 920 extremistas, 165 soldados y 45 civiles murieron en los combates. Reinhard analiza la situación actual.
Los cristianos fueron tomados como rehenes, entre ellos un sacerdote.
Fueron tomados muchos rehenes, la mayoría de los cuales eran cristianos. La Catedral de Santa María fue uno de los primeros sitios atacados por los extremistas en la ciudad. Probablemente, querían tomar como rehén al obispo Edwin de la Peña, pero no estaba en ese momento. Así que, en su lugar, se llevaron al vicario general, el padre Teresito Suganob, junto con otros creyentes. Sin embargo, los islamistas también tomaron rehenes entre los musulmanes, a quienes acusaron de colaborar con los cristianos.
¿La Catedral de Santa María fue profanada de alguna manera?
La iglesia está completamente destruida, incluyendo todas las esculturas, estatuas de la Virgen María y crucifijos: vi una estatua de la Virgen que había sido decapitada; probablemente, le quemaron la cabeza, ya que lo único que quedó fue el cuerpo vestido. Desde el punto de vista arquitectónico, la catedral es una estructura bastante simple, como un salón. Marawi es de mayoría musulmana, por lo que no era aceptable construir una iglesia cristiana demasiado llamativa. La comunidad católica allí solo tiene unos pocos miles de miembros que están dispersos, por el momento.
¿Cómo era la relación entre cristianos y musulmanes antes de que los islamistas invadieran?
Al igual que en otros países donde los cristianos son solo una pequeña minoría entre los musulmanes, como es el caso de Pakistán, los cristianos de Marawi siempre han tratado de establecer una buena relación con estos vecinos. Esta es también la razón por la que los cristianos suelen mantener estrechos lazos con las autoridades musulmanas, y Marawi no fue una excepción. La gran mayoría de los musulmanes también querían coexistir pacíficamente con sus vecinos. La relación entre musulmanes y cristianos en Marawi era mayormente amistosa. Sin embargo, ahora es evidente un cierto grado de desconfianza.
¿Cómo está manejando la situación el obispo de la Peña?
El obispo está muy interesado en reconciliar ambas partes. Por eso no ha hecho de la reconstrucción de la catedral una prioridad. Se centra en fortalecer el sentimiento de comunidad y reconstruir las relaciones entre los pueblos y las religiones.
¿Se han desarrollado proyectos específicos para trabajar hacia estos objetivos?
La diócesis ha lanzado varias iniciativas. Una de ellas es un centro de rehabilitación que ofrece asistencia a más de 200 personas que estuvieron cautivas durante meses y que sufrieron tormentos tanto físicos como emocionales. El centro está abierto a cristianos y musulmanes. Los servicios de asesoramiento incluyen sesiones de terapia de grupo e individuales para mujeres, niñas y adolescentes que han sido violadas, para hombres que sufrieron violencia, y para niños que necesitan reintegrarse a la vida cotidiana después de las terribles experiencias que vivieron.
También existe un proyecto denominado “Jóvenes por la paz”, en el que participan más de 180 estudiantes, en su mayoría musulmanes, de la Universidad Estatal de Mindanao, para visitar los campamentos de refugiados. Miles y miles de personas huyeron del centro de la ciudad durante el conflicto y ahora viven en campamentos que se establecieron por fuera de esta. El objetivo de “Jóvenes por la Paz” es darles a los refugiados, tanto musulmanes como cristianos, la sensación de que se está haciendo un esfuerzo por restaurar la coexistencia pacífica.
¿Cómo apoya Ayuda a la Iglesia que Sufre estos proyectos?
Estamos activos en varios frentes. Proporcionamos ayuda de emergencia a los refugiados durante el conflicto. Ahora nos gustaría ayudar a que el centro de rehabilitación pueda continuar su trabajo. Hasta el momento, se han donado 2 vehículos y se espera más ayuda. También estamos hablando de ayudar a establecer alojamientos para los refugiados que han estado viviendo durante meses en tiendas de campaña. Con temperaturas tropicales que superan los 80 °F, las condiciones dentro de las tiendas son casi imposibles de soportar, además de las fuertes lluvias. Por lo tanto, las tiendas de campaña no son una solución a largo plazo. En su lugar, se está discutiendo la provisión de pequeñas casas temporales: estructuras simples que podrían satisfacer las necesidades de los refugiados. Ayuda a la Iglesia que Sufre puede involucrarse en este plan. De todas maneras, la reconstrucción de la ciudad llevará muchos años.
¿Qué piensa ahora, después de su viaje?
Por un lado, es bastante dramático ver cómo los islamistas han destruido una ciudad entera, una cultura establecida. Por otro lado, me sorprendió mucho la gente de Marawi. Su situación puede ser catastrófica, pero tienen esperanza y están tomando medidas. Aprendí lo importante que es para ellos su fe católica, el concepto desinteresado de la caridad, que se puede ver en la ayuda concreta que se ofrece a las víctimas. Y fue muy alentador ver cómo los jóvenes voluntarios, tanto musulmanes como cristianos, interactúan abiertamente entre sí. Muchos dijeron que, al trabajar juntos, están llegando a comprender mejor las creencias de los demás y que, al mismo tiempo, se están fortaleciendo en su propio sentido de la identidad.
—Maximilian Lutz