ACN llama a los contemplativos de todo el mundo a unirse a la jornada de oración por la paz en Ucrania

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MUCHAS ORDENES, QUE REPRESENTAN A CIENTOS DE RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS, ya han enviado mensajes de apoyo a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), comprometiendo sus oraciones y su unidad con la petición del Papa Francisco. Las palabras más conmovedoras provienen de quienes han vivido en carne propia los horrores de la guerra.

Ayuda a la Iglesia que Sufre ha hecho un llamamiento directo a las órdenes contemplativas de todo el mundo para que se unan a la jornada de oración por la paz en Ucrania, este 2 de marzo, Miércoles de Ceniza. El Papa Francisco hizo el llamamiento a esta jornada especial en la Audiencia General en Roma del 23 de febrero, un día antes que las tropas rusas invadieran el territorio ucraniano.

“Hemos seguido los tristes acontecimientos con preocupación y oración, rogando al Señor que tenga misericordia de nuestro pueblo y del mundo en general. Después del COVID-19, no necesitamos otra guerra”, reza un mensaje de una comunidad de monjas clarisas de Zambia.

Desde Bangladesh llegan promesas de aumentar el ayuno y el sacrificio en una petición de paz: “Haremos todo lo que podamos para salvar la vida de la gente. Ayunamos dos veces a la semana, y a partir del miércoles de ceniza, durante toda la Cuaresma, estaremos de pie para desayunar y cenar”, dicen las monjas, que también pertenecen a la orden de las clarisas.

Algunas de las palabras más conmovedoras provienen de comunidades que ya han experimentado los horrores de la guerra: “Sabemos lo que significa sufrir la fuerza y la agresión, tanto aquí en Bosnia Herzegovina como en Croacia. La guerra es una experiencia horrible por la que hemos pasado”, dicen las carmelitas de Sarajevo, y añaden “por eso estamos especialmente conmocionadas por los acontecimientos en Ucrania y rezamos fervientemente al Señor para que traiga la paz y la libertad al pueblo ucraniano.”

Un mensaje similar proviene de las hermanas dominicas de Benguela, Angola. “Somos angoleñas y conocemos bien los horrores de la guerra, porque hemos vivido esas atrocidades y hemos sentido sus consecuencias en nuestra propia carne. Por eso se nos rompe el corazón solo de pensar en el sufrimiento que están padeciendo esos hermanos y hermanas nuestros en estos momentos.”

Siguen llegando mensajes de apoyo a ACN, procedentes de países como Mozambique, Brasil, India, Perú y Sri Lanka. El presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, expresó su agradecimiento a todos los que están participando en esta campaña.

“Ante el horror de esta guerra en Ucrania, el Papa Francisco hizo un llamamiento al arma más poderosa de todas: la oración. Todos estamos invitados a unirnos a este esfuerzo, pero los católicos sabemos que cuando se trata de la oración, las comunidades contemplativas son nuestras propias fuerzas de élite.”

“El hecho de que estos mensajes lleguen desde tantos países y continentes diferentes es un claro ejemplo de la visión de la Iglesia de la humanidad como una familia que reza unida y vive según las leyes del amor, y no del poder”, concluye el Sr. Heine-Geldern. Los colaboradores sobre el terreno en Ucrania, que han agradecido mucho todo el apoyo moral y material que han recibido y siguen enviando fotografías y vídeos que captan el sufrimiento de la gente, pero también la esperanza y la fe que se hacen visibles.

La convocatoria de una jornada de oración y ayuno el 2 de marzo fue una iniciativa del Papa Francisco para toda la Iglesia católica, pero ya ha traspasado las fronteras ecuménicas, con muchos obispos de la Iglesia anglicana, por ejemplo, expresando su apoyo.

—Felipe d‘Avillez