En el 110º Día Mundial del Migrante y del Refugiado, ACN llama la atención sobre la necesidad mundial

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ACN lleva más de 70 años trabajando con refugiados y desplazados en todo el mundo. Ante los crecientes movimientos de refugiados y migrantes, la organización caritativa católica internacional sigue llevando esperanza a través de sus proyectos en zonas de crisis, como Oriente Medio, América Latina, África y Europa.

En la 110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el 29 de septiembre, la organización caritativa católica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) llama la atención sobre la precaria situación de las personas en todo el mundo.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el número de personas que viven en un país distinto de su país de nacimiento no ha dejado de crecer en las últimas décadas. Las estimaciones actuales superan los 280 millones de personas. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a finales de 2023, más de 117 millones de personas en todo el mundo eran desplazados forzosos. Y a lo largo de las rutas de refugiados y migración, las personas suelen estar expuestas a graves peligros, violaciones, torturas, secuestros, detenciones arbitrarias, robos y trata de seres humanos.

En 1947, la ayuda de emergencia para los cristianos perseguidos y desplazados fue el impulso para la fundación de ACN —en aquel entonces, todavía conocida como «Ostpriesterhilfe»— y desde entonces, ha sido una de las principales prioridades de la organización benéfica. ACN sigue aliviando el sufrimiento de los desplazados.

Debido a la amenaza de erradicación de los cristianos, Oriente Medio es un foco importante para la organización benéfica, ya que allí millones de personas han sido expulsadas por los continuos conflictos. Entre otras cosas, ACN ayuda a familias y jóvenes a independizarse para que puedan permanecer en su patria.

La ayuda a los desplazados internos y refugiados en África se concentra en países como Burkina Faso, Nigeria y Mozambique, afectados por la pobreza y la violencia islamista. Apoyamos a las iglesias en la prestación de atención pastoral y ayuda a los refugiados.

Muchos países de América Latina también se enfrentan a considerables retos sociales, económicos y pastorales debido a una oleada migratoria, especialmente desde Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua. ACN apoya a las iglesias locales fomentando el trabajo pastoral y poniendo a su disposición recursos para afrontar mejor la avalancha de emigrantes y el rápido crecimiento de las ciudades como consecuencia del éxodo rural.

Por último, en Europa, la atención de ACN se centra especialmente en Ucrania y en el apoyo a la iglesia local para atender a los refugiados y a las víctimas de la guerra, para lo que se han puesto a disposición unos 21 millones de dólares desde el comienzo de la guerra en 2022.

La Iglesia católica estableció la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado en 1914, para llamar la atención sobre la situación de los emigrantes y refugiados en todo el mundo. El lema que el Papa Francisco ha elegido para este año es: «Dios camina con su pueblo». En su mensaje para este año, el Papa subraya: «Dios no solo camina con su pueblo, sino también dentro de él, en el sentido de que se identifica con los hombres y mujeres en su camino a través de la historia, particularmente con los últimos, los pobres y los marginados. En esto, vemos una extensión del misterio de la Encarnación».