La Iglesia venezolana condena la represión política del régimen y las violaciones de los derechos humanos
UNIDOS en su preocupación por “evitar un sufrimiento y un dolor aún mayores para el pueblo” y en su esperanza de una solución a la crisis política que atraviesa Venezuela, la Conferencia Episcopal Venezolana del 4 de febrero de 2019 lanzó un comunicado conjunto con la Conferencia de Religiosos y Religiosas del país, así como con el Consejo Nacional de Laicos.
El comunicado expresa la “determinación y esperanza” con la que los firmantes instan a la búsqueda “de una transformación política a través de un proceso de transición transparente y pacífica que conduzca a elecciones libres y legítimas y a la reanudación del curso democrático, la restauración del Estado de derecho, la reconstrucción del tejido social, la reactivación de la producción económica, el restablecimiento de la moral del país y el acercamiento de todo el pueblo venezolano”.
La declaración denuncia “la creciente represión por motivos políticos, la violación de los derechos humanos y las detenciones selectivas y arbitrarias” de personas; además, hace un llamado al cambio democrático pacífico de acuerdo con la Constitución del país.
La declaración elogia a los activistas que defienden y promueven los derechos humanos en un momento de crisis y a pesar de los riesgos, instándolos a seguir preocupándose por “las víctimas que sufren injusticias”. También deja claro que la Iglesia católica se compromete a ayudar a los más necesitados, “actuando de acuerdo con los principios de independencia, imparcialidad y humanidad”; y solicita el acceso a la ayuda humanitaria como medio para mitigar la difícil situación de los ciudadanos más vulnerables.
La declaración concluye con un llamado a la oración, el domingo 10 de febrero de 2019, en “todas las iglesias, todos los hogares y todas las comunidades, pidiendo al Señor que nos conceda la paz, la reconciliación, la libertad y la salud del cuerpo y del espíritu”.
Los Estados Unidos, la Unión Europea y una serie de naciones latinoamericanas han reconocido a Juan Gerardo Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, como el presidente legítimo del país, acusando al presidente actual, Nicolás Maduro, de haber sido recientemente reelecto como resultado de unas elecciones fraudulentas.
—Monica Zorita