Malí: Un grupo yihadista intensifica la persecución religiosa y cobra a los cristianos el impuesto de la “jizya”
Fuentes confidenciales contactadas por ACN hablan de un agravamiento de la discriminación contra las comunidades cristianas en dos pueblos de la región de Mopti, en Malí.
Según la información recibida por la organización caritativa católica intencional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), un grupo extremista islámico activo en la región ha impuesto recientemente un impuesto de 25.000 francos CFA (unos 40 dólares) a todos los cristianos mayores de 18 años de Douna-Pen, el mayor pueblo cristiano del este de Koro, en Mopti.
Este pago se ha convertido en una condición para la libre práctica de la religión. Los extremistas han dejado claras sus exigencias, y recientemente han recaudado dinero de la comunidad con total impunidad, según fuentes de ACN, que solicitaron el anonimato por razones de seguridad. A los que no podían, o no querían, pagar se les advertía de que la alternativa sería el cierre forzoso de sus lugares de culto.
La preocupante situación comenzó en el pueblo de Dougouténé, donde los residentes fueron llamados por primera vez a pagar la llamada jizya, un impuesto religioso. Ahora, Douna-Pen ha empezado a enfrentarse al mismo problema. Los residentes locales temen que la práctica se extienda a otros pueblos, amenazando aún más la libertad religiosa y la seguridad local.
Anteriormente, los extremistas islámicos habían exigido el cierre de las iglesias protestante y católica de Douna-Pen. Durante un tiempo, durante una frágil paz, se permitió a los residentes practicar su fe, aunque sin el uso de instrumentos musicales durante el culto, en una clara restricción de su libertad religiosa.
Una de las fuentes confidenciales expresó su profunda preocupación por esta escalada de lo que ya es una situación difícil, diciendo: «Se supone que vivimos en un Estado laico, donde estas prácticas no deberían tener lugar, pero, por desgracia, esto se está convirtiendo en nuestra nueva realidad. Si las autoridades no actúan, la población pagará impuestos directamente a las arcas de los terroristas, que actúan bajo la bandera del yihadismo en la República de Malí.» La fuente añadió: «Sabemos que el país es grande y que lo mismo está ocurriendo en otros lugares, pero si no hacemos algo pronto en esta zona, las consecuencias serán desastrosas. Aquí se masacra a la gente como si fueran ratas».
Douna-Pen se encuentra en la comuna de Dioungani y cuenta con una importante población cristiana. Este reciente caso de extorsión financiera es el último capítulo de una historia de violencia y persecución que ha barrido la región. La situación se ve agravada por la falta de infraestructuras básicas, como carreteras y suministro de agua, así como por el cierre de escuelas debido a la falta de seguridad.
Preocupa que estos pagos forzosos a grupos islámicos extremistas puedan provocar profundas divisiones entre la población, erosionando la confianza en el gobierno y dañando aún más la frágil estabilidad de la región. Muchos residentes temen ser abandonados por el Estado maliense.
La fuente concluyó con una sentida petición: «Este es el grito de un ciudadano que aún cree en la República de Malí y en sus dirigentes, pero necesitamos una acción inmediata para evitar que un conflicto religioso se apodere de este país. Que Dios nos ayude».
— Maria Lozano