Sacerdote secuestrado y asesinado en Nigeria
Un sacerdote católico fue secuestrado y asesinado en la diócesis de Kafanchan, en Nigeria.

El padre Sylvester Okechukwu fue sacado de su residencia la noche del 4 de marzo, según un comunicado hecho público por la diócesis. Apareció asesinado en la madrugada del 5 de marzo, según el mismo documento. No se ha dado ninguna razón para este asesinato a manos de sus secuestradores.
«Esta pérdida inoportuna y brutal nos ha dejado el corazón roto y devastado. El padre Sylvester fue un dedicado siervo de Dios, que trabajó desinteresadamente en la viña del Señor, difundiendo el mensaje de paz, amor y esperanza. Siempre estaba disponible y accesible para sus feligreses. Su prematura muerte ha dejado un vacío imborrable en nuestra familia diocesana, y compartimos el dolor de su fallecimiento con su familia, amigos y todos aquellos que le conocieron y amaron», reza el comunicado enviado por la diócesis a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).
El asesinato del padre Sylvester se produce mientras siguen desaparecidos otros dos sacerdotes nigerianos, secuestrados el 22 de febrero en la diócesis de Yola.
Sólo este año, cinco sacerdotes y dos religiosas han sido secuestrados en Nigeria. Además del padre Sylvester, ya fallecido, y de los padres Matthew David Dutsemi y Abraham Saummam, que siguen desaparecidos, los cuatro restantes fueron liberados con vida.
En 2024, 13 sacerdotes fueron secuestrados en Nigeria, todos los cuales fueron finalmente liberados, y uno fue asesinado, para un total de 14 incidentes.
La inseguridad es moneda corriente en Nigeria, y los cristianos se quejan de discriminación y persecución en muchas partes del país, especialmente en el norte. Además de la tensión interreligiosa, las bandas criminales han comenzado a secuestrar a ciudadanos para pedir rescate.
ACN se une a las autoridades católicas de Nigeria en su llamamiento a la oración por el descanso del padre Sylvester, y también en su llamamiento al gobierno para que aumente la seguridad y ponga fin al clima de miedo que reina en muchas partes del país.
― Filipe d’Avillez