Testimonios de sobrevivientes a la masacre de Pentecostés en Nigeria

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EL 7 DE JUNIO DE 2022, DOS DÍAS DESPUÉS DEL ATAQUE MORTAL A LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO XAVIER EN Owo, Estado de Ondo, Nigeria, Ayuda a la Iglesia que Sufre se reunió con los sobrevivientes del tiroteo en el Hospital San Luis de Owo y en el Centro Médico Federal. Aquí están sus testimonios sobre el fatídico día de la masacre y sus temores y esperanzas en el período posterior.

“Estaba dentro de la iglesia cuando ocurrió el incidente. Cuando oí el primer disparo, pensé que era una pistola de juguete. Me di la vuelta y vi gente corriendo. No sabía hacia dónde correr, así que me tumbé sobre la gente que ya estaba muerta, haciéndome la muerta también. Todavía estaba en el suelo cuando lanzaron el primer cartucho de dinamita muy cerca de mis piernas. Así fue como la carne de mis piernas se hizo pedazos y mis huesos quedaron a la vista. En ese estado de confusión y agonía, vi que uno de los pistoleros se acercaba a mí. Me arrastré fuera de la iglesia y salté a través de la valla. Así me salvé. Vi a algunos de los pistoleros; uno de ellos llevaba una camiseta amarilla, jeans azules y una máscara negra, mientras que otro llevaba una camiseta roja, jeans negros y una máscara roja. Eran los que lanzaban los cartuchos de dinamita. Solo quiero dar las gracias a Dios por haber salvado mi vida y la de mi familia. Pido a la comunidad internacional que se acuerde de nosotros, por favor, siempre en sus oraciones y, además, necesitamos desesperadamente ayuda financiera. Estoy triste y enfadada por la muerte de almas inocentes. Para ser sincera, volver a la iglesia me dará mucho miedo. Este atentado ha sido un shock también para mi fe, pero rezo para que Dios me de más gracia y fuerza para seguir siendo firme”. Josephine Ejelonu (50 años)

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“Fue realmente una experiencia terrible por la que no deseo que pasen ni siquiera mis enemigos. El sacerdote estaba a punto de terminar la misa y yo estaba sentada en la fila central de la iglesia. Al principio, pensé que era una sirena de la policía que pasaba, cuando oí los primeros gritos que se acercaban. Los feligreses empezaron a correr hacia el altar para entrar en la sacristía, pero yo no podía correr tanto, ya que estoy embarazada de 7 meses. Decidí ir a la capilla de la Divina Misericordia, pero había mucha gente corriendo en esa dirección. No sabía qué hacer, así que decidí tumbarme encima de los feligreses que ya estaban en el suelo. Mientras estaba tumbada, uno de los pistoleros lanzó una pequeña chispa cerca de mí. Inmediatamente me vino a la cabeza que podía ser dinamita, así que empecé a arrastrarme para ponerme a salvo, pero antes de que pudiera ir lejos, la dinamita explotó y me quemó la espalda y la pierna izquierda. Sin embargo, en ese momento no podía llorar ni sentir ningún dolor, pero la sangre brotaba de mis heridas. Abrí la boca y dije: “Padre, he venido a adorar a tu templo y ha ocurrido esto. Si he de morir, moriré, pero por favor Dios, acuérdate de mí y de mi hijita en tu Reino”. Me alegro de estar viva, y de que mi bebé aún no nacido esté vivo y sano, pero también me dijeron que mi hija de tres años, a la que creía muerta, también está viva, aunque resultó terriblemente herida en el atentado, hoy está en el Centro Médico Federal. Por favor, manténgannos en sus oraciones para que se recupere rápidamente y pueda reunirme con mi hija y mi familia”. Sra. Blessing John (36)

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“Estaba en la iglesia cuando ocurrió el horrible incidente pero, antes de seguir adelante, quiero agradecer a Dios que no sea más que esto, ya que algunos de nosotros se salvaron, aunque otros resultaron gravemente heridos. Que las almas de los que murieron descansen en paz, y que Dios nos consuele como iglesia, y a todas sus familias. La intención de los pistoleros era entrar en la iglesia y asegurarse de que nadie se salvara. Querían entrar tranquilamente y llevar a cabo su maligna pretensión, pero doy gracias a Dios por haber intervenido a nuestro favor. Ya habíamos recibido las últimas bendiciones y estábamos esperando al sacerdote y a la procesión de los monaguillos cuando oímos el primer disparo. Salí de la iglesia, pensando que se trataba de una pelea entre ladrones armados, o entre ladrones y soldados, pero al verlos correr hacia la iglesia, me di cuenta de que era otra cosa. Rápidamente corrí a la iglesia de vuelta, y les dije a los feligreses que volvieran a entrar y se tiraran al suelo. Al principio quise salir por otra puerta, pero vi que ya habían matado a mucha gente allí. Estaba asustado, confundido y cansado de correr. Decidí tumbarme también en el suelo y, cuando estaba a punto de levantarme, lanzaron el primer cartucho de dinamita, todo temblaba. El segundo cartucho de dinamita lo lanzaron cerca de donde yo estaba tumbado. Muchas personas murieron a mi lado, pero Dios me dio una segunda oportunidad. Este incidente me ha afectado mucho, estoy enojado en mi espíritu, pero entonces, ¿quién soy yo para cuestionar a Dios? Este ataque me hace fuerte en mi fe, me acerca a Dios. Estoy vivo y nadie de mi familia ha muerto. Gracias a Dios por ello”. Emmanuel Igwe (35)

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 “Estaba en la iglesia cuando ocurrió el incidente. Estaba tumbado en el suelo hasta que uno de los pistoleros me hizo levantarme junto con otros nueve feligreses, incluida mi preciosa hija. Nos dispararon a todos, uno tras otro. Fui la última en recibir un disparo, y me dieron en la mejilla. Soy la única persona de los diez que sobrevivió. Fue algo que nunca podré olvidar. Fue doloroso perder a mi hermosa hija durante el ataque, pero mi fe no se ha visto afectada por ello. Este ataque realmente fortaleció mi fe en Dios. Me alegro de seguir vivo, y pido a la comunidad internacional que nos tenga en sus oraciones para una rápida recuperación, y que nos apoye con ayuda económica.” Thaddeus Bade Salau(52)

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“Solo soy una niña con el sueño de ser monja. Lo único que pido es estar viva y cumplir mis sueños. ¿Estoy pidiendo demasiado? Pero no estoy segura de poder seguir yendo a la iglesia por ahora, porque fue cuando fui a la iglesia a adorar a Dios cuando me dispararon. No quiero morir. Me he librado de la muerte por poco. Quiero vivir mucho tiempo, cumplir mis sueños y hacer que mis padres estén orgullosos. Doy gracias a Dios por perdonarme la vida. Manténgannos siempre en sus oraciones”. Okorie Faith (9)

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“Estaba en la iglesia con mis padres cuando ocurrió el ataque. Estaba confundida, asustada y lloré durante todo el ataque. Creía que mi madre y mi padre estaban muertos, pero cuando estaba en el hospital, los vi vivos y eso me hizo muy feliz. No quiero volver a ir a la iglesia, porque si lo hago, podrían matarme. Domingo Vincent (5)

Fotografías y compilación de Patience Ibile