Los jóvenes de Siria y Líbano celebran la JMJ en casa
Miles de jóvenes cristianos se reunieron en Siria y Líbano para celebrar a distancia la Jornada Mundial de la Juventud, con catequesis, oración y mucha diversión. Este año, la Jornada Mundial de la Juventud se celebró en Lisboa y asistieron más de un millón de personas, entre ellas el Papa Francisco, que presidió la misa final del evento.
En la primera semana de agosto, cientos de miles de jóvenes católicos se reunieron en Lisboa con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud 2023, y más de un millón y medio de personas asistieron a la misa de clausura, presidida por el Papa Francisco. Debido a las restricciones de visado y a las dificultades económicas, muchos jóvenes cristianos de Siria y Líbano no pudieron viajar a Portugal para asistir al evento. Pero con la ayuda de ACN, organizaron sus propias actividades, paralelas a la JMJ oficial, y participaron en la experiencia.
Unos 1.500 jóvenes se reunieron en Bzommar, Líbano, y el ambiente era alegre y lleno de oración. “Aunque no estamos en Portugal con todos los demás, nos sentimos parte de este gran acontecimiento, y estamos muy contentos de estar aquí”, dijo una joven. “Quiero dar las gracias a los donantes que han hecho esto posible en el Líbano, al igual que en Portugal, para que podamos vivir esta experiencia y aumentar nuestra fe en Cristo”, dijo un joven.
A lo largo de cuatro días, el evento del Líbano siguió de cerca el programa de la JMJ de Portugal, con sesiones de catequesis, talleres, un Vía Crucis, la adoración del Santísimo Sacramento y muchos momentos de alabanza. Concluyó con una misa presidida por el Patriarca Rai, cabeza de la Iglesia católica maronita, junto con el Patriarca católico armenio, el Nuncio Apostólico y representantes de las iglesias católicas del Líbano.
Además de la ayuda financiera y logística de Ayuda a la Iglesia que Sufre, el acto fue posible gracias a más de 700 voluntarios de organizaciones cristianas libanesas.
“Líbano lleva nueve meses sin gobierno. El país se encuentra en un atasco político y en su peor momento económico desde la Segunda Guerra Mundial. Una de las tragedias de la crisis es que la mayoría de los jóvenes católicos sólo pueden soñar con permitirse viajar a la JMJ, cuando, ahora más que nunca, necesitan el aliento y la solidaridad de la Iglesia. Este evento local se ha organizado con una enorme profesionalidad, y esperamos que insufle nueva vida a la Iglesia aquí”, dijo Xavier Stephen Bisits, director de proyectos de ACN en Siria y Líbano.
Uno de los participantes dijo: “Como la mayoría de nosotros no podemos viajar ni conseguir el pasaporte, nos parece un regalo de Dios que podamos tener la misma experiencia que la gente de Portugal y ser tocados de la misma manera.”
Nuestra fe es más fuerte que nuestras dificultades
En Siria, al mismo tiempo, unos 1.000 jóvenes católicos acudieron a Saidnaya, a las afueras de Damasco, donde se encuentra un monasterio dedicado a la Virgen María y un importante lugar de peregrinación para los cristianos sirios.
Rama, un organizador de Damasco, ayudó a organizar el encuentro y se mostró encantado de que “personas de distintas partes de Siria pudieran unirse a nosotros en este evento, y de que pudiéramos mostrarles un rayo de esperanza en estos momentos difíciles”.
“A veces me olvidaba de mí misma al ver a los jóvenes tan felices”, continuó. “Sentía la fuerza que brotaba de la tierra bajo ellos. Estamos muy agradecidos por esta oportunidad”.
Muchos sirios asistieron a la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal, pero la mayoría procedían de comunidades de expatriados, y sólo dos jóvenes hicieron el viaje desde Siria directamente.
Gracias a los esfuerzos de los organizadores, entre ellos ACN, cristianos de toda Siria asistieron al acto de Saidnaya. Algunos de ellos procedían del empobrecido sur, donde los jóvenes católicos rara vez están en contacto con otros grupos cristianos. Pero aquí, observó un participante, “vivimos como una familia”.
Recargar las almas
Rose, una armenia católica que vive en Alepo (Siria), habló de los beneficios de iniciativas como ésta para personas que han sufrido tanto. “Hoy estoy aquí en Saidnaya con 1.000 personas, después de 10 años de guerra, dos años de pandemia y un terremoto devastador. Esto debería haber bastado para arruinar nuestra esperanza, pero nuestra fe es más fuerte que nuestras dificultades, y creemos que nos esperan días mejores. Tenemos esperanza, tenemos alegría, y después de reunirnos con todos hoy, hemos recargado nuestras almas. Ha sido estupendo conectar con todos, compartir nuestras historias positivas y nuestras luchas. Juntos somos más fuertes y podemos seguir adelante”.
La reunión en Siria fue supervisada por el Patriarca Youssef Absi de la Iglesia Católica Melquita y contó con la presencia del Cardenal-Arzobispo Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria, que dirigió unas emotivas palabras a los presentes. “Algunos jóvenes sirios tienen la gran suerte de representaros a todos en Lisboa. Al encontrarse con ellos, el Papa Francisco se encontrará con todos vosotros, y los jóvenes de todo el mundo se encontrarán también con todos vosotros. Vuestras alegrías, esperanzas y preocupaciones serán presentadas por estos amigos vuestros sirios al Papa y a todos los presentes”, dijo el diplomático vaticano.
“¡Queridos jóvenes, el soplo del Espíritu Santo que renueva la Iglesia os necesita! Y una nueva Siria, construida sobre nuevas bases morales, sociales y económicas, también os necesita”, concluyó el Nuncio.
La presidenta ejecutiva de ACN, Regina Lynch, también envió un mensaje a los participantes, reconociendo sus muchas pérdidas a lo largo de los años: hogares, trabajos, amigos, familia y esperanza.
Pero, añadió, “es igualmente importante destacar lo que no han perdido, el amor por la Iglesia y por el prójimo, en un país que casi se ha desmoronado. Ustedes, los jóvenes de Siria, me inspiran. Sé lo duro que trabajan en sus parroquias, en sus hogares y en sus comunidades para evangelizar y servir. Son una inspiración para los católicos de todo el mundo que han hecho donativos para apoyar este evento”.
“Un tiempo bendito, un tiempo de gracia”
Según Xavier Bisits, la mayoría de los estados europeos no conceden visados para eventos como la JMJ, debido al número de jóvenes sirios que han huido del país en crisis.
“Todos los jóvenes con los que hablé, especialmente los que venían de regiones inestables y lejanas, estaban conmovidos por el sentido de unidad y solidaridad”, dijo. “Les dio un sentimiento de esperanza”.
El padre Fadi Syriani, sacerdote lazarista siro-libanés que trabaja en Siria, se hizo eco de sus palabras. “Esta es una hermosa oportunidad para participar con los jóvenes, para estar unidos con todos, para celebrar nuestra fe juntos, y para celebrar la alegría, con toda la gente en Lisboa y con nuestro Papa Francisco.”
—Filipe d’Avillez