Mártires de nuestros días: Testigos de esperanza

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ACN dedica su campaña de Cuaresma a la Iglesia perseguida.

La organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) lanza una nueva campaña al comienzo de la Cuaresma. «Mártires de nuestros días: Testigos de esperanza» es una llamada a solidarizarse con los cristianos perseguidos en todo el mundo. Inspirada en la invitación del Papa Francisco a celebrar un Jubileo de la Esperanza, esta campaña pretende poner de relieve que, a pesar de la persecución que sufren, los mártires de hoy siguen siendo ejemplos de consuelo, fe y esperanza.

Desde su fundación en 1947, la misión de ACN ha sido apoyar a la Iglesia que sufre, especialmente en lugares donde los cristianos se enfrentan a la persecución, la discriminación y la opresión. En los últimos años, según los informes elaborados por la organización benéfica, la persecución entre los cristianos no ha disminuido. De hecho, en muchas partes del mundo ha aumentado. Los lugares y los responsables de la persecución pueden haber cambiado, pero el sufrimiento en sí, por desgracia, continúa.

En la bula papal para el año jubilar 2025, Spes non confundit (La esperanza no defrauda), el Papa Francisco afirma: «La esperanza cristiana no engaña ni defrauda porque se fundamenta en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos jamás del amor de Dios: »¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro o la espada? No, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó’».

Como periodo de preparación para la Pascua, la Cuaresma recuerda a los cristianos la victoria final de Cristo sobre la muerte. Aunque la historia de la Iglesia está marcada por la Cruz y la sangre de los mártires, está iluminada por la esperanza de saber que éste no es el final. A lo largo de los siglos, los mártires han sido movidos a dar testimonio de una esperanza que no muere, por la certeza de la Resurrección. Esto sigue siendo cierto en nuestros días, en los que la Iglesia continúa siendo atacada, pero también sigue viviendo, proclamando el Evangelio y sosteniendo a los fieles con la esperanza.

Con esta campaña, ACN invita a todos a participar en esta misión para apoyar a nuestros hermanos y hermanas perseguidos y mantener viva la luz de la esperanza. Para ello, la organización benéfica presenta ejemplos de proyectos en 20 países, como Burkina Faso, Nigeria, Mozambique, Pakistán, Sri Lanka, México y Siria.

Sembrar esperanza en medio de la persecución

«Esta Cuaresma, ACN quiere redoblar sus esfuerzos para fortalecer la presencia de la Iglesia en lugares donde la fe está siendo atacada. A través de la construcción o reconstrucción de edificios eclesiásticos y otras estructuras, programas de curación de traumas, apoyo a la formación de sacerdotes y religiosos, y ayuda de emergencia a comunidades de cristianos desplazados, seguimos trabajando para que la esperanza no se apague», afirma Regina Lynch, presidenta ejecutiva de la organización benéfica, en un breve resumen de los objetivos de la campaña. «Además, conscientes de que el diálogo interreligioso es clave para construir la paz, ACN está promoviendo proyectos que fomenten el entendimiento entre las diferentes comunidades religiosas. La reconciliación es un camino esencial para evitar nuevos casos de persecución y construir sociedades más justas y fraternas», añade.

El compromiso de ACN con la Iglesia perseguida se refleja en su logotipo, donde la barra vertical simboliza un mundo dividido por el mal y marcado por el odio y la injusticia, mientras que la barra horizontal representa la fuerza de la fe, y una flecha atraviesa la división, en señal de esperanza. Todo ello está contenido dentro de un círculo rojo, que evoca la sangre de los mártires y el sacrificio de tantos cristianos perseguidos por su fe; también representa la universalidad de la misión de ACN, que abarca a la Iglesia en todos los continentes. Del mismo modo que ACN ha estado junto a estos testigos de Cristo en todo el mundo, su logotipo recuerda que la fe es capaz de curar las heridas de la humanidad y traer la unidad donde hay división.

Primeros pasos: Ayuda a los refugiados alemanes y a los sacerdotes tras el Telón de Acero

ACN se creó originalmente para ayudar a los refugiados alemanes tras la Segunda Guerra Mundial, pero pronto amplió su ámbito de actuación para incluir el apoyo a los cristianos de países que vivían bajo regímenes totalitarios, especialmente en Europa del Este, donde sufrían persecución bajo el comunismo.

En sus primeros años, ACN se centró en ofrecer ayuda material a los sacerdotes que trabajaban en condiciones extremadamente difíciles en países del bloque soviético. En los años 50, la fundación ya enviaba ayuda a países situados tras el Telón de Acero, como Checoslovaquia, Polonia, Rumanía y Hungría. Durante esos años, ACN apoyó a miles de sacerdotes, religiosos y laicos que trabajaban en la clandestinidad para mantener viva la fe en un entorno hostil. La entrega de vehículos a los sacerdotes y la distribución de literatura religiosa desempeñaron un papel clave para reforzar la Fe en tiempos de represión.

Tras la caída del Muro de Berlín y del régimen comunista en 1989, ACN aumentó su presencia en Europa del Este y, desde 1990, la fundación ha donado más de 500 millones de dólares en ayudas para que la Iglesia resurja de sus cenizas en los antiguos países comunistas.

Más de una década de ayuda a los cristianos de Oriente Medio

En la actualidad, ACN no solo apoya a las comunidades de Europa del Este, sino que también está comprometida con la ayuda a los cristianos en lugares donde son objeto de persecución extrema, como en Oriente Medio. Tras el estallido de la guerra civil en Siria en 2011, y la invasión de Irak por el Estado Islámico en 2014, ACN ayudó a miles de cristianos desplazados, proporcionándoles refugio, alimentos y atención médica, y apoyando la reconstrucción de iglesias y casas destruidas para evitar el éxodo total de la comunidad cristiana.

Cristianos perseguidos en África: Un continente en crisis

En respuesta a la creciente persecución por parte de grupos yihadistas empeñados en imponer una versión radical del Islam en muchas partes de África, ACN ha puesto en marcha múltiples proyectos en el continente, destinados a fortalecer la Iglesia local, ofrecer ayuda humanitaria a los desplazados y apoyar a las víctimas de atentados terroristas. En Nigeria, por ejemplo, ACN ha trabajado en la reconstrucción de iglesias y casas sacerdotales destruidas por la violencia y también está ayudando a los cristianos desplazados en el noreste. En la región del Sahel, especialmente en Burkina Faso, ACN apoya a las comunidades que lo han perdido todo, proporcionándoles alimentos, medicinas y educación.

En medio de la violencia y las dificultades, la Iglesia en África, Asia y Oriente Medio sigue siendo un poderoso testimonio de esperanza. A pesar del caos, los cristianos y otras comunidades religiosas luchan por la paz y la coexistencia. ACN está al lado de estos valientes testigos de la Fe, ayudándoles a resistir y a fomentar la esperanza. Como dice el Papa Francisco, «Nada, ni nadie, puede separarnos del amor de Cristo», ni siquiera las más terribles persecuciones y tribulaciones.

― Maria Lozano