En Indonesia, una comunidad musulmana hace cumplir la prohibición de los residentes no musulmanes, y luego la revoca
LA ALDEA KARET está a unas 9 millas del centro de la ciudad de Yogyakarta, en Java, la principal isla de Indonesia. La aldea es hermosa, está rodeada de campos de arroz verde; en motocicleta, el mar está a 20 minutos.
Cuando Slamet Jumiarto se enteró de que había una casa en alquiler, rápidamente organizó la mudanza con su familia. Pero su estancia no fue tan fácil como él había imaginado. Mientras que los residentes musulmanes los trataban bien, su líder rechazaba la presencia de los recién llegados. La razón: Slamet y su familia son católicos.
Slamet informó el problema al gobernador de la Región Especial de Yogyakarta. También grabó un video de sí mismo describiendo sus experiencias, y este se hizo viral en los medios sociales. El Gobierno pidió entonces que se aboliera la norma que prohibía a los no musulmanes vivir allí. Pero aunque la aldea cumplió, y Slamet celebró la decisión, decidió no quedarse. A continuación, su relato en primera persona, ofrecido antes de la derogación:
“Estoy muy triste. Mi esposa y mis hijos sienten lo mismo”.
“No creo que esta prohibición de los no musulmanes tenga sentido. La semana pasada, me reuní con el líder de la aldea y me pidió que me fuera para que no me expulsaran. Dijo que a los no musulmanes se les prohíbe vivir en Karet, y que esta regla se estableció hace mucho tiempo”.
“En mi opinión, esta regla contradice la ley indonesia: la Pancasila, la base filosófica oficial del país, así como nuestra Constitución. Intolerancias como esta deben ser evitadas para no dañar la reputación de Yogyakarta”.
“Me he mudado muchas veces, y he vivido en comunidades que eran mayoritariamente musulmanas, pero antes de este año, nunca había sido oficialmente rechazado”.
“Aún así, rezo: Que Dios le dé lo mejor a la aldea Karet”.
Finalmente, el Gobierno de Yogyakarta insistió en que el líder musulmán de Karet, Iswanto, revocara la prohibición de los residentes no musulmanes, lo cual hizo. Slamet comentó: “Este era mi problema, y ha terminado pacíficamente. Estoy feliz, y espero que en el futuro nadie experimente este trato discriminatorio”.
—Antonius Sugiyanto