A LA LUZ DE LA SITUACIÓN QUE ENFRENTA LA IGLESIA EN NICARAGUA, Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) quiere expresar su fraternidad, amistad y comunión ante la triste y dolorosa situación que sufre el clero y toda la Iglesia en Nicaragua.
ACN recuerda el mensaje del comunicado emitido por la Conferencia Episcopal de Nicaragua el pasado 7 de agosto, en el que se citan un versículo bíblico “Si un miembro sufre, todos sufren juntos” (1 Cor 12, 26), e invitan a orar por la paz y solidarizarse con los cristianos nicaragüenses.
“Nicaragua sigue convulsionada por la crisis que comenzó hace más de cuatro años. La situación en este país centroamericano es crítica, con gran polarización y enfrentamiento. Creemos que la oración es más importante que nunca en estos momentos”, comentó Regina Lynch, directora de proyectos internacionales de ACN.
Tras un fuerte aumento de la hostilidad gubernamental en los últimos meses, el 19 de agosto a las 3 de la madrugada, la Policía Nacional entró por la fuerza en las oficinas de la Diócesis de Matagalpa y secuestró al Obispo Álvarez junto con las demás personas que estaban presentes con él en la cancillería en ese momento. Su detención supone un incremento de la presión política en su contra que se inició el 4 de agosto con el bloqueo de todo acceso a la curia a los considerados agentes políticos.
Según el comunicado oficial publicado posteriormente por la policía, la operación se llevó a cabo “de acuerdo con los deberes constitucionales en relación con la seguridad, el buen orden y la paz de las familias nicaragüenses”.
“Estos hechos representan una escalada más en una espiral de confrontación”, dijo Regina Lynch. “Estamos asistiendo a un intento de silenciar a la Iglesia en Nicaragua. Y no hay una solución fácil. Tenemos que apoyarles en la medida de lo posible. Debemos rezar para que haya una solución pacífica y no se incrementen más las hostilidades”, añadió.
Monseñor Álvarez, que además de obispo de la diócesis de Matagalpa es también administrador apostólico de la sede vacante de la diócesis de Estelí, se encuentra actualmente bajo arresto domiciliario en su propia casa familiar cerca de Managua. Está bajo constante vigilancia policial. Junto con él fueron detenidos otros tres sacerdotes, un diácono, dos seminaristas y un fotógrafo, que se encuentran actualmente en el conocido centro de detención de El Chipote, en Managua, donde se recluye habitualmente a los presos políticos.En la actualidad hay seis sacerdotes encarcelados en el país, entre los que se encuentran, además de los tres ya mencionados, dos sacerdotes de Granada y un sacerdote misionero de Siuna que está detenido desde el 14 de agosto, sin que se conozcan cargos hasta la fecha.
190 ataques en cuatro años
Monseñor Álvarez ha sido una de las voces que ha denunciado la crisis social que vive su país en los últimos años. En menos de cuatro años la Iglesia católica ha sufrido más de 190 ataques y actos de profanación, como ha sido reseñado en el más reciente estudio de Martha Patricia Molina Montenegro, “Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida? (2018-2022).”
A los actos de represión directa contra miembros individuales del clero —incluida la expulsión del Nuncio Apostólico en marzo de este año— se suman la prohibición de procesiones, la interrupción de celebraciones religiosas, la intimidación a los fieles mediante despliegues policiales en torno a las iglesias y la amenaza a los propietarios de transportes de la pérdida de su vehículo si colaboran en el traslado de fieles en una actividad religiosa.
Además, el gobierno ha cerrado cientos de ONG, entre ellas varias religiosas, incluidas las dirigidas por congregaciones religiosas. Entre otras medidas ampliamente criticadas por los observadores, está la expulsión de las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, que realizaban una labor en favor de los más pobres y vulnerables, y el cierre del canal de televisión de la Conferencia Episcopal y de otras ocho emisoras de radio católicas.
Durante su última visita a la sede internacional de ACN en 2019, monseñor Álvarez, responsable de las áreas de comunicación y de laicos y, al mismo tiempo, presidente del departamento de juventud de la Conferencia Episcopal, declaró: “Me gusta mucho el nombre de la fundación —Ayuda a la Iglesia que Sufre— porque la Iglesia está sufriendo. Necesita oración y esperanza para poder continuar con su papel profético. La Iglesia necesita seguir siendo pueblo, abriendo sus puertas a todos, sin distinción”.
“Todos somos como la viuda pobre, tanto los que tienen mucho en términos económicos como los que tienen muy poco. El secreto es, como decía Santa Teresa de Calcuta, ‘dar hasta que duela’. Por eso, a los benefactores de ACN les digo que sigan, sin miedo, como hasta ahora, dando hasta que les duela, dando de lo que necesitan para vivir, porque así están dando vida a los demás”.
– El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) presenta un informe sobre las profanaciones a la Iglesia Católica perpetradas por el régimen de Ortega Murillo durante el 2019 y lo que va del 2020, esto, a propósito del “ATAQUE TERRORISTA” registrado este 31 de julio en la Catedral de Managua donde un desconocido ingresó a la capilla de la Sangre de Cristo y lanzó una bomba molotov, incendiando el lugar.
