En Filipinas, muere un mártir de la paz

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TRES AÑOS después de sobrevivir al largo y oscuro asedio islamista de Marawi, el padre Teresito “Chito” Soganub, exvicario general de la Prelatura de Marawi, Filipinas, ha muerto. Tenía 59 años.

Padre Soganub (2018)
Padre Soganub (2018)

La causa de la muerte fue un paro cardíaco, confirmado por el obispo Edwin de la Peña, de la Prelatura de Marawi. “Nuestro muy querido padre Teresito Soganub murió de un paro cardíaco mientras dormía esta mañana, el 22 de julio de 2020, en su casa de Noralah, en el sur de Cotabato”, escribió el obispo en un post de Facebook.

El padre Chito estaba entre los rehenes capturados por el grupo Maute, apoyado por ISIS, que libró guerra y terror en Marawi durante 5 meses. Su cautiverio duró 117 días.

Ayuda a la Iglesia que Sufre extendió sus condolencias a la familia y parientes en duelo. Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo, le escribió al obispo De La Peña:

“Nuestra relación no fue solo profesional, a través de nuestro proyecto de trabajo y entrevistas en los medios de comunicación del padre Teresito, sino personal. Sus esfuerzos en el diálogo interreligioso y en la construcción de la paz, que culminaron con su extraordinario testimonio de gran fe durante su secuestro, nos proporcionaron inspiración y un gran afecto por este hombre al que llegamos a conocer como el padre Chito”.

“Sus historias, junto con sus obras y sus defensores, siguen inspirándonos y animándonos aún hoy para cumplir mejor nuestra misión de ayudar a nuestros hermanos y hermanas perseguidos en Cristo. Gracias, padre Chito. Que tu valiente alma descanse en paz”.

Mucho antes del asedio, el padre Chito ya estaba preparando el camino para los diálogos interreligiosos entre cristianos y musulmanes. Aunque no tenía una asignación oficial como sacerdote, estaba activo en Mindanao, donde continuó su defensa de la paz. Era el presidente de Pakigdait (que significa “paz” o “solidaridad”), una organización pionera en la búsqueda del diálogo interreligioso y la construcción de la paz en Lanao.

En los últimos años, Ayuda a la Iglesia que Sufre ha apoyado varios proyectos en la Prelatura de Marawi para ayudar a las víctimas de la violencia en Mindanao y promover el diálogo interreligioso.

—Camilla Advincula y María Lozano