La comunidad internacional hace caso omiso de los ataques yihadistas en el norte de Mozambique

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El mundo no ve, o no desea ver, incursiones terroristas yihadistas en Mozambique. Esa es la opinión de Paulo Rangel, miembro del Parlamento Europeo y vicepresidente del Partido Popular Europeo. En el noreste de Mozambique, los violentos ataques de los grupos armados ya han causado cientos de muertes y dejado a más de 200.000 personas sin hogar.

Destrucción en Mozambique
Destrucción en Mozambique

Rangel le dijo a Ayuda a la Iglesia que Sufre: “Ya se está haciendo tarde para actuar, pero es mejor hacerlo ahora. Desde 2017, nos hemos enfrentado a esta situación que resurge y aumenta, pero la comunidad internacional no se ve en absoluto”. Rangel describió la situación en la provincia de Cabo Delgado como “un polvorín” y pidió ayuda para las personas afectadas por la violencia perpetrada por los grupos armados que dicen pertenecer a ISIS.

“Lo que está sucediendo actualmente en Cabo Delgado es que la gente está huyendo a los pueblos, donde creen que los ataques serán menos probables, porque han visto lo que está sucediendo en esos lugares. La gente está huyendo por su protección, incluso antes de ser atacada”, dijo el político.

Rangel subrayó que esta no es una guerra religiosa. Tanto cristianos como musulmanes han sido víctimas de estos grupos extremistas. Elogió la posición del obispo Luiz Fernando Lisboa, de Pemba, Mozambique: “El obispo de Pemba ha sido absolutamente claro en todas sus intervenciones proféticas y en todos los llamados que ha hecho. Ha dejado claro que los musulmanes también están sufriendo mucho y que los propios líderes musulmanes están muy preocupados”.

Se necesita urgentemente el apoyo de la comunidad internacional. Rangel dijo: “Estamos hablando de una de las regiones más pobres del mundo. La gente ya está viviendo en la pobreza extrema, enfrentando graves dificultades. El problema es que estas personas se enfrentan a la amenaza de muerte, de perder sus casas, al desarraigo”.

Continuó: “Sabemos que hay jóvenes que han sido secuestradas y esclavizadas, forzadas a la esclavitud sexual por algunos de estos guerrilleros, estos insurgentes, estos terroristas. El reclutamiento de niños y adolescentes, algunos muy jóvenes, de 14, 15, 16 años, también está ocurriendo. Es obvio que estos jóvenes están bajo coacción. Si se niegan a unirse al grupo, podrían ser asesinados”.

—Paulo Aido