El prelado iraquí pide apoyo internacional al Consejo de Seguridad de la ONU

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LAS PROTESTAS ACTUALES EN IRAK demuestran el rechazo de la mayoría del pueblo a la estructura y el gobierno del país posteriores a 2003. Es un rechazo a una Constitución de base sectaria, que ha dividido a Irak e impedido que se convierta en un país unificado y funcional. En lugar de aportar esperanza y prosperidad, la estructura actual de gobierno ha traído consigo una continua corrupción y desesperación, especialmente a la juventud.

Es importante entender que los cristianos no solo se han puesto abiertamente del lado de los manifestantes, sino que también, junto a otras minorías, incluidos los yazidis, han sido acogidos en el movimiento de protesta por los musulmanes iraquíes. En un sentido real, estas protestas han demostrado la verdadera riqueza del Irak histórico. Esta apertura a la reconciliación demuestra una verdadera esperanza de cambios positivos en los que un nuevo Gobierno sería mucho más positivo si propusiera un Irak genuinamente multirreligioso, con plena ciudadanía y finalizara con esta enfermedad sectaria que tan violentamente ha dañado y degradado a todos.

Por el contrario, la comunidad internacional no debe pasar por alto la no violencia de los manifestantes. Estos valientes se han comprometido desde el principio del movimiento, a pesar de que ha habido casos diarios de extrema violencia dirigida hacia los manifestantes por parte de las fuerzas de la milicia que han intentado continuamente provocar la confrontación. Más de 400 manifestantes inocentes han sido asesinados y muchos miles han sido gravemente heridos. Sin embargo, los manifestantes siguen siendo no violentos. 

Si el movimiento de protesta tiene éxito en la creación de un nuevo Gobierno, con una nueva Constitución, que respete la diversidad de sus religiones y culturas, que no esté basado en la sharia, sino en los conceptos fundamentales de libertad para todos, libertades consagradas en la Declaración Universal de Derechos Humanos escrita por esta organización, entonces todavía puede existir un tiempo de esperanza para el sufrido pueblo iraquí. A pesar de todo, el pueblo iraquí ama a su país y lo quiere de vuelta.

If the protest movement is not successful, if the international community stands by and allows the murder of innocents to continue, Iraq will likely soon fall into civil war, the result of which will send millions of young Iraqis, including most Christians and Yazidis, into the diaspora. In the crisis and the genocide of 2014, over four million Iraqis, Muslims, Yazidis and Christians fled to the Kurdistan region seeking refuge from the evil of ISIS, but still remained within the country. In another major conflict, we are likely to see the people flee from Iraq for good. We are indeed at perhaps the last chance for our country.

La comunidad internacional no debe estar satisfecha con falsos cambios de liderazgo que no representan realmente un cambio. Es evidente que los grupos gobernantes no tienen la intención de ceder el control, y que harán todo lo posible para mantener fundamentalmente las estructuras de poder existentes. La comunidad internacional debe entender claramente que los manifestantes no aceptarán esto, y no debe participar en el apoyo de ningún tipo de cambio falso…

Arzobispo Bashar Warda

Los jóvenes cristianos de Irak han participado  todos los días en estas protestas Han estado allí porque las protestas les han dado esperanza para un futuro al que pertenecen como ciudadanos iraquíes iguales y contribuyentes. Junto con otros millones de iraquíes marginados, ahora miran a la comunidad internacional para su acción y apoyo. Los hacemos a todos responsables de esto. Irak, el país que tantas veces ha sido perjudicado, ahora busca la ayuda de todos ustedes. Creemos que tenemos un futuro, y les pedimos que no nos den la espalda.

Irak se encuentra en una encrucijada histórica. La comunidad cristiana y otras comunidades minoritarias están con —y a menudo al lado— los manifestantes musulmanes, ya que juntos buscan una vida mejor, basada en la igualdad, independientemente de la creencia religiosa. O bien Irak se desarrollará como esperan estos manifestantes, alejándose de la violencia política y de la estructura de poder sectaria actual, ocupando el lugar que le corresponde entre las naciones que respetan los derechos de todos, independientemente de su fe, o bien retrocederá hacia un destino basado en la matanza de manifestantes, el genocidio y muchos más asesinatos a manos de ISIS. En este último caso, la soberanía iraquí también será socavada mientras sus vecinos poderosos se metan en sus asuntos internos.

Recemos para que Irak encuentre el camino de la paz, de la igualdad y de un futuro para todo su pueblo, sin importar sus creencias religiosas.