Mensaje de Regina Lynch – Marzo 2

Queridos amigos:

Cuando en septiembre de 1980 empecé a trabajar para Ayuda a la Iglesia que Sufre, el telón de acero en Europa del Este seguía en pie y muchos obispos, sacerdotes y laicos eran perseguidos por su fe. Uno de ellos, ya en 1944 condenado a diez años de trabajos forzados en uno de los tristemente célebres campos de Siberia de Stalin, era el cardenal Kazimierz Świątek. A finales de la década de los ochenta visitó nuestra sede internacional, y nunca olvidaré su homilía en la Santa Misa celebrada en nuestra capilla: allí relató como, aun sufriendo condiciones infernales, nunca renegó de su fe.

Cuando, al cabo de los diez años de cautiverio, un sorprendido oficial de la KGB le preguntó como había sobrevivido en un campo del que pocas personas regresaban, Świątek le explicó que era Dios quien lo había mantenido con vida. El oficial le preguntó quién era Dios y, entonces, en lugar de ejecutar una sentencia de muerte aún pendiente, le dijo a Świątek que podía irse. De vuelta en Pinsk, en la actual Bielorrusia, lo amenazaron con volver a deportarlo, pero él continuó siendo un Buen Pastor para su sufrido rebaño. Este devoto servidor de Dios falleció en julio de 2011 a la edad de 96 años.

Que la fe del cardenal Kazimierz Świątek sea un ejemplo para todos nosotros, para que, cuando afrontemos oposición, no dudemos en defender nuestra fe.

Regina Lynch
Presidenta Ejecutiva