En Mozambique, un sacerdote informa sobre “víctimas que piden ayuda a gritos mientras son arrastradas por las inundaciones”

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UN SACERDOTE en Mozambique ha dado un relato gráfico del impacto devastador del ciclón Idai, en medio de informes que dicen que 1.000 personas han muerto desde que la violenta tormenta tocó tierra el 14 de marzo de 2019.

Niña cargando un niño pequeño en Tete, Mozambique

En una entrevista con Ayuda a la Iglesia que Sufre, el padre Sandro Faedi, administrador apostólico de la Diócesis de Tete, describió cómo la gente lloraba pidiendo ayuda cuando las aguas de la inundación se acercaban a ellos. El testimonio del sacerdote se produce en el momento en que Ayuda a la Iglesia que Sufre ha comenzado a trabajar con la Iglesia local para proporcionar ayuda esencial en la ciudad portuaria de Beira, cuya población es de 600.000 habitantes.

El padre Faedi dijo: “Beira ya no es una ciudad. Ha sido destruida casi por completo. Desde un avión, la ciudad se presenta como un gran lago del que emergen edificios sin techo. No se ven calles, casas, campos. Mucha gente ha perdido la vida”.

“Sobre las casas o en los árboles, [mucha gente] pedía ayuda, que nadie escuchaba. Se dejaron llevar por la furia de los ríos que entraban en la ciudad”.

El padre Faedi comentó que la región, que ahora está en su mayor parte bajo el agua, no tiene “teléfono, comunicaciones ni agua potable”, ya que los vientos de 125 millas por hora, las fuertes lluvias y las inundaciones siguen destruyendo la infraestructura del país.

Con respecto al número de muertos, que se espera que aumente, dijo: “Por ahora, solo rezamos, listos para dar nuestra contribución cuando llegue el momento”. Los comentarios del sacerdote llegan cuando el Papa Francisco expresó su “dolor y cercanía a esa querida gente”.

Las inundaciones y los vientos aplastaron Beira, un puerto en el océano Índico conocido como motor económico de Mozambique, antes de trasladarse a Malawi y Zimbabwe, y afectaron a más de 2,5 millones de personas.

El arzobispo Claudio Dalla Zuanna, de Beira, dijo: “El apoyo de Ayuda a la Iglesia que Sufre, al afrontar los gastos inmediatos, como la adquisición y distribución de lonas de plástico, cubos, vasos, platos, etc., y la logística para el transporte, será útil porque servirá para reavivar la presencia eclesial. Una vez más, les agradecemos su generosidad y los mantendremos informados”.

—Citra Abbott