País en crisis, escuela cristiana redobla su misión

PARA MUCHOS CRISTIANOS DEL LÍBANO LAS ESCUELAS TÉCNICAS OFRECEN OPORTUNIDADES DE FUTURO EMPLEO, y un entorno estable para las familias locales. Enfrentado a una grave crisis financiera, el Foyer de La Providence, en Sidón, ha hecho todo lo posible para mantenerse a flote y ser fiel a su misión. Lo ha conseguido gracias a la ayuda de los benefactores de ACN.

Cuando el padre Hanna Kanaan, miembro de la orden católica melquita de los salvadores, convocó una reunión con todas las familias que tenían a sus hijos matriculados en el Foyer de La Providence, en Sidón (Líbano), los padres se temían lo peor.

Durante décadas, la institución, que incluye un orfanato, una escuela para niños con necesidades especiales, una escuela técnica y un centro de formación para profesores de otras partes del país, ha sido la única de su tipo en el sur del Líbano. Pero los padres eran conscientes de la aplastante crisis financiera que ha hundido la economía del país en los últimos años. ¿Cómo no iban a estarlo? Muchos de ellos se han visto incapaces de cumplir con sus obligaciones, incluido el pago de la matrícula.

“El costo de la educación de un niño discapacitado ronda los $6.000 dólares anuales. Desde el principio, la orden de los Salvatorianos cubría un tercio del gasto, pero las familias seguían pagando $4.000 dólares”, explica el padre Hanna.

Sin embargo, los honorarios se pagan en libras libanesas, que han sufrido una devaluación de 20 veces debido a la crisis económica. “Las familias que aún pueden permitírselo pagan la matrícula, pero con la devaluación esta asciende ahora a solo $300 dólares, mientras que nuestros costos siguen siendo tan altos como antes”, explica el sacerdote.

Sin embargo, lo que los Salvatorianos dijeron a los padres durante la reunión fue una sorpresa. “Sí, la situación era grave, dijimos, pero garantizamos que nunca íbamos a cerrar la escuela. Por el contrario, seguiríamos apoyando a las familias. Esto les dio mucha tranquilidad. Ningún alumno ha sido expulsado por no poder pagar las cuotas”.

Los profesores también han sido protegidos. “En estos tres años no se ha despedido a nadie por falta de fondos. Tenemos 82 profesores, y aunque el número de alumnos ha disminuido un 25% aproximadamente, se les ha mantenido a todos. De hecho, les hemos subido los sueldos un 4% y ahora les pagamos el transporte para que vayan a trabajar. En cuanto a los especialistas que atienden a los niños discapacitados, les hemos subido un 1000% y hemos incluido también los gastos de transporte”.

Por supuesto, el dinero tiene que salir de algún sitio. Los Salvatorianos se han dirigido a todos los que podrían ofrecer ayuda, incluida Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), que aprobó la solicitud y proporciona dinero para ayudar a cubrir los salarios de los profesores y comprar combustible para mantener el generador en funcionamiento.

El Foyer de la Providence es una de las 19 escuelas técnicas católicas que reciben esta ayuda en el Líbano, y algunas obtienen también ayuda para comprar material para sus talleres. En este caso, sin embargo, la importancia de la escuela va más allá de dar a los alumnos las mejores oportunidades para triunfar en la vida. Sidón solía ser una zona mayoritariamente cristiana, pero en los últimos años la propia ciudad se ha vaciado prácticamente de esta comunidad. Los que quedan se concentran sobre todo en los pueblos de los alrededores.

A muchos, como Fouad, que estudia ingeniería eléctrica, les gustaría quedarse, para preservar la presencia cristiana en la región que se menciona en la Biblia como visitada por Jesús, pero siente que las probabilidades están en su contra. Ya tiene que trabajar todas las mañanas y solo puede asistir a las clases por la tarde. “Las cosas van de mal en peor. No sabemos cuánto tiempo más podremos sobrevivir aquí”, dice. Si la escuela cerrara, no habría nada que lo retuviera.

El personal de la escuela es casi totalmente cristiano. Aunque en la mayoría de las 19 escuelas técnicas los cristianos son mayoría, en el Foyer de la Providence la mayoría son musulmanes o drusos.

El padre Hanna no ve esto como un problema, sino como una oportunidad. “Nuestro centro está abierto a todo el mundo, porque una de nuestras misiones es enseñar a los alumnos a convivir”, explica.

Ayuda a la Iglesia que Sufre es una parte clave de esta misión, y su apoyo a la escuela técnica es crucial para proporcionar la estabilidad para que muchas familias cristianas permanezcan en esta parte del Líbano.

ACN lleva décadas realizando proyectos en el país, pero desde que estalló la crisis financiera ha cuadruplicado su financiación. Recientemente, la organización benéfica ha lanzado una campaña a gran escala para las escuelas católicas del Líbano, con el fin de ayudar a compensar la gran crisis económica que ha desangrado a las instituciones sociales del país, especialmente las vinculadas a la Iglesia católica.

—Felipe d’Avillez