República Centroafricana: «Poco a poco renace la esperanza», dicen los obispos
Aunque el país disfruta ahora de una frágil paz, sigue habiendo inseguridad, lo que lleva a los obispos de la República Centroafricana a pedir a la comunidad internacional que no olvide a la nación africana. La Iglesia, dicen, seguirá desempeñando su papel profético.
Un singular espíritu de diálogo y cooperación entre líderes cristianos y musulmanes sentó las bases de la paz en la República Centroafricana (RCA), tras una brutal guerra civil. En este sentido, la RCA contrasta fuertemente con países africanos cercanos, como Chad, Nigeria y la región del Sahel, donde la religión se utiliza a menudo para agravar el conflicto y la persecución.

Según un grupo de obispos de la RCA que visitó la sede de Ayuda a la Iglesia que Sufre Internacional (ACN), la Iglesia católica ha estado a la vanguardia de este esfuerzo por fomentar el diálogo, mano a mano con líderes de otras religiones.
El arzobispo de Bangui, cardenal Dieudonné Nzapalainga, junto con los obispos Nestor-Désiré Nongo-Aziagbia, de Bossangoa, y Bertrand Guy Richard Appora-Ngalanibé, de Bambari, hablaron del papel «profético» desempeñado por los líderes religiosos para promover la paz y la armonía en el país.
La guerra civil, en la que la milicia Seleka luchó contra el movimiento Anti-Balaka, podría haber derivado en una guerra a gran escala entre musulmanes y cristianos. Pero el obispo Nestor-Désiré insistió en que esto se evitó gracias al compromiso de los propios líderes religiosos. «Los líderes de todas las confesiones religiosas se unieron para trabajar en favor de la paz en la República Centroafricana. Los líderes de los católicos, los protestantes y los musulmanes dieron la vuelta al mundo para hacer oír su voz. Por desgracia, sus voces no fueron realmente comprendidas ni respetadas en lo que respecta a la situación geopolítica, porque lo que había debajo era más grande que la religión», explicó.
El cardenal Nzapalainga se mostró de acuerdo: «La religión no nos divide; la religión nos conecta unos con otros. Musulmanes, protestantes, católicos, debemos amarnos unos a otros, porque somos hermanos. Es el diablo el que nos ha empujado a separarnos, pero creemos que asumiendo este liderazgo estamos cumpliendo nuestro papel profético, diciendo no a la violencia, sí al amor, sí a la paz, sí a la reconciliación».
El Cardenal habló de la paz como «la base del desarrollo, para que la gente pueda imaginar un futuro distinto de la guerra. Por eso nuestro papel es ser artesanos de la paz, hablar a los corazones, hablar para que la gente pueda mirarse a los ojos, discutir, encontrar soluciones juntos. La solución está en el diálogo».
«Hoy, poco a poco, renace la esperanza. Y esta esperanza permite a los niños ir a la escuela, a los padres ir al campo, a los comerciantes seguir con su trabajo y a los enfermos recibir medicinas», afirmó el cardenal Nzapalainga.
La presencia de una misión de la ONU y la intervención de potencias extranjeras han ayudado a sofocar la violencia, pero la inseguridad persiste en algunas partes de la RCA, ya que las bandas de combatientes recurren a la delincuencia. El país sigue necesitando una cantidad importante de ayuda, pero cuestiones geopolíticas más amplias están resultando ser un obstáculo inoportuno, explicó el obispo Nestor-Désiré. «La apertura de nuestro gobierno al gobierno ruso ha marginado a la RCA a nivel internacional. Hoy en día, la ayuda no llega libremente. Pero la población no debe ser castigada por las decisiones tomadas por el gobierno. Mi llamamiento a la comunidad internacional es que siga apoyando a la población centroafricana en su lucha por la paz y el desarrollo», suplicó.
La Iglesia católica, aseguró, seguirá desempeñando su papel, que describió como «un papel profético: defender la verdad; hablar en nombre del pueblo, independientemente de la situación o la postura del gobierno; trabajar con el pueblo y otras instituciones, incluido el gobierno, para promover la paz, el desarrollo humano integral a través de escuelas, centros de salud y promoción humana. Esa es la labor en la que la Iglesia católica ha estado implicada en las últimas décadas».
Este trabajo se beneficia enormemente del apoyo de ACN, dijo el obispo Guy Richard. «Quienes nos ayudan, como ACN, permiten a los sacerdotes, obispos, religiosos y religiosas de todo el país continuar su labor. El apoyo de nuestros benefactores va más allá de los fondos, centrándose en el trabajo pastoral sobre el terreno, y nos gustaría, en nombre del pueblo de Dios en la RCA, expresar nuestra gratitud a ACN por su atención y apoyo.»
― Filipe d’Avillez