Experto dice que en Indonesia el terrorismo podría fortalecer el islam moderado

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EL PADRE FRANZ MAGNIS-SUSENO, un jesuita de origen alemán que ahora tiene nacionalidad indonesia, ha vivido en este país durante 45 años. Estudioso del islam, recientemente habló con nosotros tras los atentados mortales del 13 de mayo de 2018 en la ciudad de Surabaya.

La primera explosión tuvo lugar en la Iglesia Católica de María Inmaculada a las 7.15 am. ¿Qué fue lo primero que pensó cuando escuchó la noticia?

Leí lo que pude en las cadenas de noticias y luego en los periódicos. Los ataques fueron ampliamente difundidos en Indonesia. Lo primero que me vino a la mente fue: “¡Otra vez, no!”. Porque recordé que el año pasado tuvimos el ataque en Jogjakarta, en el que el padre Jimmy Prier, un jesuita como yo, fue golpeado en la cabeza.

Mujeres musulmanas indonesias rezando

¿Cuál fue la reacción de la comunidad cristiana en Indonesia? ¿Tienen miedo?

Se cree que los terroristas en Indonesia persiguen sobre todo 2 objetivos en sus ataques: la policía indonesia y los “paganos” (o kafires, en árabe). Estos últimos, para los extremistas, y solo para ellos, incluyen a cristianos, budistas y otras religiones. Pero, en general, la comunidad cristiana no se siente atemorizada en absoluto. Los cristianos, sobre todo, han tomado nota de las reacciones de sus conciudadanos musulmanes.

¿Y cuál fue la reacción de la comunidad musulmana?

Por un lado, los representantes de la mayoría musulmana moderada, especialmente el Nadlatul Ulama (NU), que con más de 40 millones de miembros es la mayor organización islámica del mundo, respondieron rápida y enérgicamente. Por otra parte, algunos de los que siguen las formas más duras del islam sugirieron que estos ataques fueron manipulados por el Gobierno del presidente Joko Widodo y los que están vinculados a él, con el fin de dar una mala imagen del islam. Pero la mayoría de los musulmanes rechazan esta teoría. La mayoría de ellos, como los taxistas con los que hablé, por ejemplo, condenan firmemente estos ataques y todos los demás actos de terror.

La policía ha identificado al grupo Jemaah Ansharut Daulah (JAD) como los agentes detrás de estos ataques. ¿Qué es este grupo?

Es una de las organizaciones yihadistas clandestinas, una de las más extremas. Recluta a sus miembros entre los extremistas que han regresado de los combates en Siria. Y se estima que hay entre 500 y 1.000 que han regresado a casa.

¿Por qué atacan ahora?

Podría ser una señal para que otros grupos terroristas lancen o intensifiquen una ofensiva terrorista, sobre todo contra la policía, similar a la que tuvo lugar en Palembang. En realidad, esto perjudicaría políticamente a los defensores del islam de línea dura, los grupos no terroristas que iniciaron una ola islámica populista hace un año y medio con el objetivo de deponer a nuestro presidente y sustituirlo por alguien “más islámico”. Pero en el caso de los ataques a las iglesias de Surabaya, así como a las estaciones de policía unos días después en otras partes del país, es probable que las 3 familias involucradas actuaran sin ningún plan político, sino simplemente por “devoción terrorista”, para tener la certeza de ir directamente al cielo.

Usted ha trabajado y vivido en Indonesia durante más de 45 años y ha dedicado su vida al diálogo interreligioso, a construir puentes entre las religiones. ¿Está desilusionado?

En absoluto. Estamos empezando a aceptar que tendremos que vivir con el terrorismo. En mi opinión, esto podría incluso fortalecer el islam moderado y al mismo tiempo reafirmar a Indonesia en sus principios ideológicos de Pancasila, la doctrina que pertenece a todos los indonesios independientemente de su religión. O puede ser que este terrorismo solo refuerce el rechazo del islam de línea dura. La foto de la familia involucrada y sus 2 hijos pequeños fue impactante y aborrecible para muchos indonesios.

Usted es profesor de Filosofía en la Escuela de Filosofía Driyarkara, en Yakarta, donde un buen número de los estudiantes de los programas de maestría y doctorado son musulmanes. Por lo tanto, está familiarizado con la rama “más abierta” del islam. Sin embargo, parece que el radicalismo islámico está en alza en todo el mundo, incluso en África y Asia. ¿Cuál es su análisis de esta tendencia?

No tengo una visión global del tema, pero en Indonesia la situación sigue abierta. Tenemos a los tradicionales abanganos -javaneses que solo fueron ligeramente influenciados por el islam y que hoy en día, aunque rezan y ayunan, rechazan fuertemente las políticas islámicas. Y luego están los “nacionalistas” que, en 1945, cuando Indonesia proclamó su independencia de los holandeses, se aseguraron de que no se convirtiera en un Estado islámico. 

Pero también tenemos 2 grandes organizaciones: la NU, que está presente principalmente en las zonas rurales y tiene un carácter tradicional, y la Muhammadiyah, que es urbana y trabaja principalmente en la educación (tienen más de 100 universidades). Ambas organizaciones tienen una fuerte motivación islámica, pero sin embargo rechazan resueltamente el terrorismo. También es muy importante, por no decir decisivo, el sentimiento de identidad nacional indonesia.

Los extremistas como la organización Hizbuth Tahrir (que fue proscrita el año pasado y que aspira a un califato islámico) son rechazados por otros musulmanes por no respetar su identidad indonesia. Mientras el 50% de los indonesios de menores ingresos sigan creyendo, como lo hacen ahora, que bajo el actual sistema democrático de Pancasila sus hijos tendrán un futuro mejor, Indonesia no se convertirá en islamista. Así pues, aunque la ola internacional de extremismo islámico se siente claramente en Indonesia, los indonesios tienen una identidad nacional y cultural extremadamente fuerte. Pero no todo está bien. La politización del islam en busca de intereses personales y políticos plantea peligros reales.

¿Hay algo que se pueda hacer al respecto?

Indonesia, ciertamente, se volverá más islámica, pero es de esperar que todavía dentro del marco constitucional y democrático existente en el país. Para nosotros, los cristianos, la tarea está clara: tenemos que construir relaciones positivas y de confianza con la corriente principal del islam indonesio, que es algo que los musulmanes aprecian mucho. La Iglesia en Indonesia ha tomado la iniciativa en este sentido durante más de 30 años, y estas relaciones están dando sus frutos. Por ejemplo, durante los últimos 20 años o más, muchas de nuestras iglesias han sido protegidas en torno a la Navidad y la Pascua por los Banser, las milicias de Nadlatul Ulama (NU).

—Maria Lozano

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