Egipto: «Hemos visto verdaderos progresos»

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Su Beatitud Ibrahim Sidrak, Patriarca copto católico de Alejandría, dirige la pequeña Iglesia copta católica, que cuenta con unos 300.000 miembros. En una entrevista con la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), compartió sus pensamientos sobre su país, que se ha convertido en un refugio para muchos cristianos.

¿Cómo explica que, a diferencia de muchos otros países de Oriente Próximo, no hayamos visto una migración masiva de cristianos desde Egipto?

Históricamente, tenemos una gran comunidad cristiana —¡probablemente 15 millones!— que está integrada en la sociedad egipcia. Se puede preguntar a un egipcio musulmán si su familia es originaria del extranjero, pero no a un copto. Si alguien es copto, significa que sus padres y abuelos también eran egipcios.

Otra diferencia es que, a diferencia de los países vecinos, donde la libertad religiosa ha disminuido, en el nuestro ha mejorado. En los últimos diez años, más o menos, nuestra comunidad ha experimentado un progreso real. Nuestras iglesias están legalmente reconocidas por el Estado, y hay muchos menos actos de violencia contra nosotros.

Hace doce años, Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes subieron al poder en Egipto. ¿Fue una época terrible?

Lo fue, sí, pero afortunadamente no duró mucho. Durante el mandato de Mohamed Morsi aumentaron los ataques contra los coptos. Creo que en 2012, cuando los egipcios votaron, pensaron que nunca habían dado una oportunidad a los Hermanos Musulmanes, y que debían hacerlo. No volverán a cometer ese error.

¿Cree que la cuestión de los Hermanos Musulmanes, que surgieron en Egipto y son muy hostiles a las minorías religiosas, está zanjada?

No, porque este tipo de movimientos nunca desaparecen del todo, pero el Gobierno actual se está tomando muy en serio esta amenaza, y ya no dominan la sociedad egipcia. Cuando tenían todo el poder, entre 2012 y 2013, era muy arriesgado para un cristiano salir solo. Nuestras Iglesias estaban bajo amenaza constante. ¡Cientos de ellas fueron quemadas!

Ahora vivimos con relativa seguridad. Hay fanáticos y terroristas, como ocurre en todas partes, pero están contenidos.

Sin embargo, Egipto atraviesa una crisis económica. ¿Ha provocado disturbios?

Sí, atravesamos dificultades, sobre todo en lo que respecta al desempleo juvenil. Tenemos una población impresionante; ¡cada año nacen dos millones de egipcios! Y el mercado laboral no da abasto. Muchos jóvenes se ven afectados por el desempleo, lo que genera frustración. Además, hemos recibido muchos inmigrantes de países devastados por la guerra. En el pasado, recibimos sirios, y ahora son los sudaneses los que han venido a buscar refugio.

¿Qué papel puede desempeñar la Iglesia en este contexto?

Acogemos a algunos de estos inmigrantes, lo mejor que podemos. En general, la Iglesia católica copta desempeña un importante papel caritativo en Egipto, a través de sus escuelas, hospitales y clínicas. Hay 180 escuelas católicas coptas, que gozan de buena reputación. Muchos musulmanes quieren enviar a sus hijos a nuestras escuelas, y algunos miembros del gobierno han asistido a ellas. Esto no solo ayuda a educar a nuestro pueblo, sino que lo mantiene unido, a pesar de las diferencias religiosas.

Para cumplir mejor esta función, insistimos en la importancia de la formación, no solo del clero, sino también de los catequistas, a quienes ofrecemos cursos de formación de cuatro años. También nos centramos especialmente en fortalecer la fe entre los niños.

¿Cuáles son las necesidades de la Iglesia?

Necesitamos construir más iglesias. Ahora que el Gobierno ha levantado las restricciones a la construcción de nuevas iglesias, todas las diócesis tienen proyectos de construcción en marcha. Las iglesias son el corazón de nuestras comunidades, pero para muchos fieles son de difícil acceso. Los que viven más lejos tienen que gastar alrededor de una cuarta parte de su salario para llevar a sus familias en autobús a la iglesia más cercana para los servicios dominicales. Nuestra catedral de Luxor, que fue incendiada, es un buen ejemplo de la necesidad de reconstrucción de los católicos coptos. Pronto estará completamente restaurada, gracias, sobre todo, a Ayuda a la Iglesia que Sufre.

– Sylvian Dorient