En Madagascar, la Iglesia se enfrenta a un Gobierno corrupto y a la islamización

A POCOS MESES de las elecciones presidenciales, Madagascar atraviesa una grave crisis política. Los cristianos han sido mayoría en la isla desde el siglo XIX. Si bien es difícil conseguir estadísticas fiables, se estima que los cristianos constituyen el 56% de la población de la nación insular. Actualmente, acaban de nombrar a un cardenal, el arzobispo Désiré Tzarahazana, de Toamasina, presidente de la Conferencia Episcopal de Madagascar, que habló con Ayuda a la Iglesia que Sufre sobre la situación en su país.

¿Cuáles son los puntos fuertes de la Iglesia católica en Madagascar?

Nos atrevemos a hablar y a decir la verdad. Podemos hablar con claridad porque no somos políticamente partidarios como algunas otras religiones (por ejemplo, hay algunos pastores que quieren ser funcionarios del Gobierno, o incluso presidentes…). Puedo afirmar honestamente que la única institución creíble es la Iglesia católica. Todo el mundo nos mira, porque decimos la verdad y somos dignos de confianza.

¿Cuál es el principal desafío que enfrenta la Iglesia?

La evangelización en profundidad, ya que me hago esta pregunta: ¿Por qué estamos en una situación tan crítica como esta cuando hay un aumento en el número de cristianos y la mayoría de nuestros líderes son cristianos? Si fuéramos verdaderamente cristianos, no estaríamos donde estamos. ¿Qué tan profunda es nuestra fe en la realidad? Los números son algo bueno, pero no lo más importante. Si profesamos la fe, pero al día siguiente la ponemos en manos de nuestro prójimo, y si no nos interesamos por la vida de otras personas, entonces no estamos viviendo plenamente nuestra fe.

¿También se ha enfrentado a la islamización del país?

Sí, el auge del islamismo es palpable. ¡Se puede ver en todas partes! Es una invasión. Con el dinero de los Estados del Golfo y de Pakistán, ellos “compran” gente. Ves a jóvenes que se van a estudiar a Arabia Saudita, y cuando vuelven son imames. Organizamos una reunión con un grupo de imames para compartir nuestras preocupaciones, y uno de ellos testificó; ¡era uno de nuestros antiguos seminaristas! Por supuesto, no dijo que lo había atraído el dinero, pero eso es lo que está pasando, a causa de la pobreza: se está ejerciendo una verdadera presión. Por ejemplo, en el norte dan dinero a las mujeres para que lleven el velo completo, el burka, en las calles, para anunciar la expansión del islam en el país. Luego, por la noche, se ponen sus ropas normales de nuevo.

En mi propia diócesis se están construyendo mezquitas en todas partes, aunque no hay suficientes musulmanes para usarlas. ¡Hay un plan para construir más de 2.600 mezquitas en Madagascar! Y también están trayendo musulmanes en masa de Turquía. Este es un fenómeno que nos preocupa mucho. Una o dos veces por semana, Turkish Airlines descarga un avión lleno de musulmanes, que luego se establecen en el país, incluso en el campo; nadie sabe realmente lo que están haciendo allí, ¡pero se están estableciendo y no se van de nuevo! Nuestra gente es pobre, pero nuestro país es rico y es inmenso para 22 millones de personas, así que todavía hay espacio.

¿Existe el peligro de que el islam radical avance en Madagascar?

Por el momento no lo vemos así, pero para el futuro no podemos saberlo. Los fundamentalistas están empezando a establecerse y, poco a poco, a medida que su número aumenta, empezamos a preguntarnos cuándo mostrarán realmente quiénes son. Esto realmente nos preocupa.

Las Comoras, aquí cerca, tiene una gran proporción de su población que vive esta forma extremista de islam, y también se están estableciendo en masa en Madagascar, en particular en Mahajanga. Se casan con mujeres locales, y los hijos de estos matrimonios son criados como musulmanes radicales.

¿Cómo está reaccionando el Gobierno a esto?

Nos hemos reunido con funcionarios del Gobierno en numerosas ocasiones para alertarlos del peligro y decirles lo que está sucediendo, pero no hacen nada. Todo no es más que hipocresía. Parece que somos una voz que llora en el desierto. Hablamos frecuentemente con los líderes políticos, incluso en las más altas posiciones, para contarles directamente sobre los diversos abusos, como el robo de tierras. Por ejemplo, algunas de nuestras tierras fueron robadas por un criminal conocido por todos, pero no solo no fue arrestado, ¡sino que incluso se le concedió la victoria en el tribunal! Estamos verdaderamente gobernados por individuos corruptos

¿Y también habrá elecciones presidenciales en noviembre de este año?

Sí, todo es bastante complicado; no sabemos muy bien qué saldrá de ello. No sabemos a dónde vamos, pero rezamos a Dios para que todo salga bien y que el Espíritu Santo nos guíe para evitar el caos.

El año pasado hubo varios ataques a conventos católicos. ¿Cómo está la situación actualmente?

Estos ataques se calman por un tiempo, y luego comienzan de nuevo. Lamentablemente, este fenómeno de inseguridad es persistente y muy doloroso, no solo en las ciudades, sino también en el campo. La gente tiene miedo de salir a trabajar debido a la inseguridad. Y por esta injusticia desenfrenada, la gente toma la ley en sus propias manos; es la justicia de la turba la que reina hoy en día. Como pueden ver, ¡hay realmente muchos, muchos desafíos que enfrentan aquellos que desean restaurar el orden en nuestro país!

¿Tiene suficientes sacerdotes para el trabajo de evangelización?

En mi diócesis de Toamasina todavía no tengo suficientes sacerdotes. Hago llamados para los misioneros y hacemos todo lo posible para proporcionarles a todos una buena formación, empezando por los seminaristas. Ha habido un crecimiento en el número de estos, pero con la extrema pobreza que enfrentamos aquí tenemos que preguntarnos constantemente si se trata de verdaderas vocaciones o si es más bien una cuestión de búsqueda de seguridad material. Tenemos que discernir muy cuidadosamente. 

Además, también a causa de la pobreza, no hay carreteras ni medios de comunicación, por lo que llegar a la gente de cada pueblo es muy difícil. El reto que nos hemos propuesto es tener una emisora de radio que pueda llegar a todos los rincones de la diócesis, para que la Palabra de Dios y las palabras de la Iglesia puedan ser escuchadas en cada familia. Y después de eso, ¿por qué no una estación de televisión también?

¿Cree que el Papa Francisco vendrá como se sugirió en marzo pasado? ¿Cuál es el mensaje que espera escuchar del Papa?

No puedo asegurarlo al 100%, pero tenemos esperanzas. Él ciertamente tomó nota de nuestra petición, y hay una gran probabilidad de que pueda visitarnos el próximo año. Hay muchos mensajes que nos gustaría escuchar, pero sobre todo queremos que hable de la importancia de actuar con justicia, de detener la corrupción, de gobernar bien el país.

—Amélie de La Hougue

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