EQUIPOS DE PROTECCIÓN CONTRA EL COVID-19 PARA LAS HERMANAS DE LA MISERICORDIA EN BENGALA OCCIDENTAL, INDIA
Las Hermanas de la Misericordia de la Santa Cruz en Bengala Occidental, India, están inmensamente agradecidas. Gracias a la generosidad de nuestros benefactores, las Hermanas han podido adquirir equipos de protección personal (EPP) esenciales contra el coronavirus. Las Hermanas están trabajando en primera línea contra la enfermedad, y los $26.800 dólares aportados por nuestros donantes les ayudarán en esta labor, especialmente contra la devastadora segunda oleada del virus, que ha golpeado con especial dureza a la India.
“We are helpless in the face of the situation. There is a shortage of vaccinations, oxygen, hospital beds and medication generally. It is not even possible to conduct funerals properly. Every day we hear news of the death of friends and relatives. The sick are being cared for in their homes, in the convents and in the presbyteries,” the Sisters report. And, of course, in caring for the sick, the Sisters themselves are exposed to a very high risk of infection.
“Estamos indefensos ante la situación. Faltan vacunas, oxígeno, camas de hospital y medicamentos en general. Ni siquiera es posible llevar a cabo los funerales adecuadamente. Todos los días nos llegan noticias de la muerte de amigos y familiares. Los enfermos son atendidos en sus casas, en los conventos y en los presbiterios”, informan las Hermanas. Y, por supuesto, al atender a los enfermos, las propias Hermanas están expuestas a un riesgo muy alto de infección.
Al mismo tiempo, los ingresos habituales de las Hermanas se han desplomado, ya que la única fuente de ingresos que tenían anteriormente eran las escuelas que dirigían, escuelas que ahora están cerradas a causa de la pandemia. En su lugar, han creado estaciones de cuarentena para los pobres y necesitados, que sencillamente no pueden autoaislarse en las condiciones de hacinamiento de sus propias casas, y al mismo tiempo están proporcionando alojamiento a los trabajadores migrantes varados que no solo han perdido sus empleos sino que no pueden regresar a sus pueblos de origen en otras partes de la India.
Pero las Hermanas no solo prestan ayuda médica y material a los pobres, sobre todo en las aldeas remotas de la periferia. Igualmente importantes son el acompañamiento y el apoyo humano y espiritual. Las Hermanas han observado cómo la gente está cada vez más deprimida y temerosa, al haber perdido su empleo y con él el poco sentido de seguridad que les quedaba, y también cómo muchos de los niños se están volviendo adictos a Internet. Están rezando con las personas y por ellas y acompañándolas en este difícil momento.
Gracias a los imprescindibles EPP que les han proporcionado, las Hermanas pueden ahora continuar con la labor desinteresada a la que se han dedicado, y de una forma que les hace sentir a ellas y a los demás un poco más seguros. Que Dios os bendiga y recompense a todos. Estamos seguros de que las Hermanas también se acordarán de ustedes en sus oraciones.
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