Estipendios de Misa para 20 sacerdotes franciscanos en Paraguay
El Paraguay se enfrenta a muchos retos importantes. La pobreza sigue siendo un grave problema y muchas personas, sobre todo en las regiones rurales, ven poco futuro para sí mismas y están emigrando a las grandes ciudades, donde la mayoría de las veces la esperada mejora de sus condiciones de vida resulta ser poco más que un sueño. No es raro que los campesinos sean incluso expulsados de sus tierras por grandes terratenientes que quieren ampliar sus propiedades. La Iglesia católica es para muchos la única institución creíble en un país atormentado por todo tipo de problemas económicos y políticos.
Tradicionalmente, la fe católica está profundamente arraigada en la mayoría de la población, ya que más del 90 % de sus 5 millones de habitantes la profesan y, a diferencia de su gran vecino Brasil y de otros países de América Latina, están mucho menos dispuestos a dejarse arrastrar por las sectas.
Sin embargo, la Iglesia en el país es pobre y la buena voluntad por sí sola no es suficiente. Se necesitan recursos para poder llevar a cabo la misión pastoral y evangelizadora. Pero la Iglesia sigue dependiendo del apoyo exterior.
Los franciscanos están presentes en el Paraguay desde hace 67 años. Actualmente, son 47 hermanos, de los cuales 20 son sacerdotes. Trabajan en 8 parroquias y 4 escuelas y también dirigen 4 centros para niños de la calle en los que atienden a unos 500 niños y niñas que de otra manera no tendrían hogar o serían definitivamente abandonados por sus padres.
El provincial franciscano, el padre Miguel Ángel Cáceres, ha escrito a Ayuda a la iglesia que Sufre: “Nos alegramos de nuestra labor pastoral, que el buen Dios siempre ha bendecido abundantemente. Queremos continuar este trabajo, pero mientras la cosecha es grande, los trabajadores son pocos”. El padre está especialmente agradecido por los estipendios de misa que nuestros generosos benefactores han aportado, por un valor total de 9.000 dólares, mediante los cuales hemos podido ayudar a la labor de sus 20 sacerdotes franciscanos.
Estos estipendios de misa no solo son para beneficio propio de los sacerdotes, sino que también se utilizan para apoyar la formación de las próximas vocaciones más jóvenes. Les damos las gracias de todo corazón a todos los que han ayudado.
Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir los fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Las donaciones a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se utilizarán en los programas que más lo necesiten para ayudar a mantener viva la fe.
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