También en los lugares más remotos, Cristo está presente en la Eucaristía

PAPÚA NUEVA GUINEA | La sensación de estar aislados del mundo es algo que también conocen los sacerdotes de la diócesis de Alotau-Sideia, en Papúa Nueva Guinea, porque sus parroquias suelen estar situadas en islas pequeñas a las que solo se puede acceder en barco.

Los fieles escuchan atentamente la Buena Nueva.

A uno de estos sacerdotes, encargado de una parroquia de este tipo hasta hace poco, tuvieron que amputarle un pie hace un año, lo que le cambió la vida de golpe. No obstante, él no se amilana por ello.

Ahora ejerce de párroco en la isla principal, donde las condiciones son algo mejores, y aunque para él no sea fácil, confiesa: “Estoy contento de poder seguir sirviendo a la Iglesia a pesar de mi discapacidad”. Para él, las intenciones de Misa, con las que ya lo haz apoyado a él y a sus compañeros una y otra vez en los últimos años, son una valiosa ayuda. Dice: “Doy gracias a Dios por el amor que nos de muestran y la ayuda que nos prestan a los sacerdotes en situaciones difíciles. Sin su apoyo económico, muchas cosas no podría hacerlas”.

¿Te gustaría animar también este año a los 19 sacerdotes de Alotau-Sideia, así como a sus compañeros de las demás diócesis de Papúa Nueva Guinea, y demostrarles así que no están solos? 

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