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Un vehículo para padres capuchinos en Brasil

Los tres padres franciscanos capuchinos de la Parroquia de San Francisco de Asís, en Humaità, están encantados con su nuevo vehículo y profundamente agradecidos a nuestros generosos benefactores que contribuyeron con los 13.400 dólares necesarios para comprarlo. Esta parroquia, que se encuentra en lo profundo de la región amazónica de Brasil, cubre una vasta área y los padres capuchinos a veces tienen que viajar hasta 190 millas para llegar a los fieles católicos. Solo 20 millas de estos caminos están debidamente pavimentados; el resto son simplemente caminos sin hacer que se convierten en deslizamientos de lodo en la temporada de lluvias. A pesar de esto, los capuchinos siempre han tratado de llegar a cada asentamiento una vez al mes, pero hay un pequeño pueblo con unos 6.000 católicos que solo pueden visitar 2 veces al mes. Esta frecuencia no es suficiente, ya que las sectas están surgiendo por todos lados y se están extendiendo por toda la región.

Claramente, un vehículo robusto y confiable es vital para llegar a los fieles católicos. Su viejo vehículo estaba en mal estado, cada vez más caro repararlo y simplemente era incapaz de hacer frente a las difíciles condiciones de conducción requerida. Los padres capuchinos acudieron a Ayuda a la Iglesia que Sufre en busca de ayuda, y gracias a la generosidad de nuestros benefactores no los defraudamos. Ahora, por fin, tienen su nuevo vehículo.

El hermano Carlo Maria Chistolini nos escribió en nombre de sus compañeros capuchinos y de todos los fieles católicos: “Estamos agradecidos por su maravilloso apoyo. Los fieles católicos esperan con alegría la próxima visita de los hermanos. En estos remotos e inaccesibles asentamientos, los hermanos capuchinos somos vistos como una fuente de esperanza y ayuda en el desarrollo de su vida parroquial. A través de nuestras visitas pastorales, somos capaces de traerles luz a través de la Palabra de Dios y los Sacramentos y dar sentido a las difíciles y dolorosas vidas de la gente de aquí, como la levadura que levanta la masa”.

“Por la intercesión de la Virgen María y de San Francisco de Asís, que Dios continúe bendiciendo a Ayuda a la Iglesia que Sufre y a todos sus benefactores en su magnífica misión”.

Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir los fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Las donaciones a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se utilizarán en los programas que más lo necesiten para ayudar a mantener viva la fe.

Code: 212-01-29

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