Una dificil misión en las montañas

En las Sagradas Escrituras, las montañas aparecen una y otra vez como lugares de encuentro con Dios: Moisés en el monte Sinaí, el profeta Elías en el monte Carmelo y Jesús en el monte Tabor son los ejemplos más conocidos. Sin embargo, para los sacerdotes, trabajar en la alta montaña conlleva numerosos desafíos… y no solo allí…

Fieles recibiendo la Sagrada Comunión en Patacamaya.

En los Andes, a cinco mil metros de altura, se encuentran las parroquias de la prelatura boliviana de Corocoro, que es casi tan grande como Bélgica, pero que solo cuenta con 19 sacerdotes. Cada parroquia abarca hasta 120 aldeas, y la mayoría de ellas solo pueden recibir la visita de un sacerdote una o dos veces al año. Las distancias son inmensas; las carreteras, peligrosas; el clima, duro. Para los sacerdotes, esta vida conlleva mucha soledad porque sus homólogos viven lejos y, por ello, el obispo Pascual Limachi Ortiz los visita siempre que puede para estar cerca de ellos. Él mismo pertenece a la etnia autóctona de los aimaras, a la que pertenece la mayoría de los habitantes de la prelatura, por lo que conoce bien la vida en los Andes y tiene muchos planes para reforzar la vida de Iglesia en la región y promover las vocaciones, pues, donde la Iglesia no está presente, se extienden las sectas.

Para fortalecer a los sacerdotes en su difícil ministerio, el obispo nos ha pedido intenciones de Misa, ya que los fieles son muy pobres y apenas pueden mantener a sus sacerdotes. Nosotros, encantados, se los hemos prometido y para ello contamos con tu ayuda. 

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