ACN apoya la “cura de las heridas del corazón” de las víctimas de los bombardeos en Sri Lanka

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En la iglesia de San Sebastián, los fieles se reúnen junto a la estatua de Cristo salpicada con la sangre de los bombardeos.

Ayuda a la Iglesia que Sufre está trabajando con la Arquidiócesis de Colombo, Sri Lanka, para ayudar a las víctimas de los ataques terroristas que tuvieron lugar el Domingo de Pascua. En la mañana del 21 de abril de 2019, los terroristas suicidas islámicos se cobraron la vida de casi 300 personas e hirieron a más de 500 en 3 iglesias cristianas y 3 hoteles.

Gracias al apoyo de todo el país y de la diáspora de Sri Lanka, así como a las medidas de socorro adoptadas inmediatamente por el Gobierno, fue posible reconstruir las iglesias católicas de la Arquidiócesis de Colombo, que habían sido blanco de los terroristas.

Las familias afectadas recibieron ayuda médica y material, inmediatamente. La Arquidiócesis de Colombo ha comenzado a proporcionar cuidados postraumáticos a largo plazo, así como asistencia psicosocial para los sobrevivientes y sus familias. Ayuda a la Iglesia que Sufre está proporcionando la financiación para este proyecto.

Hay muchas personas que experimentaron los ataques directamente y están gravemente afectadas. Un gran número de familias siguen cuidando de sus parientes, algunos de los cuales sufrieron graves lesiones.

Para atender sus necesidades, la Arquidiócesis de Colombo ha creado un equipo de 40 terapeutas certificados. Proporcionan atención psicológica para personas en duelo, heridas y otras personas gravemente afectadas.

Los programas de terapia orientados específicamente a niños, familias y personas que viven solas están en la etapa de planificación. En total, estos programas beneficiarán a más de 2.000 personas.

Una gran parte de la ayuda proporcionada por Ayuda a la Iglesia que Sufre se utilizará para capacitar a 300 consultores y trabajadores sociales, también en el área de servicios para jóvenes, para asegurar que puedan identificar a las personas con traumas y apoyarlas de manera adecuada de acuerdo con sus necesidades.

El enfoque de los programas es ayudar a las personas a enfrentar el trauma y el dolor desde una perspectiva cristiana. Incluyen sesiones basadas en la Biblia bajo el lema “Sanando las heridas del corazón”.

—Maria Lozano