ACN llora la muerte del Papa emérito Benedicto XVI
CON PROFUNDO DOLOR Y GRAN GRATITUD, AYUDA A LA IGLESIA QUE SUFRE (ACN) SE DESPIDE DEL PAPA EMÉRITO BENEDICTO XVI. Fue un amigo y un defensor excepcional de nuestra organización, afirma el Presidente de ACN, el Cardenal Mauro Piacenza: “La enseñanza del Papa Benedicto, que dedicó su primera encíclica, Deus Caritas Est al tema de la caridad, ha sido muy valiosa para ACN”. A través de ella reforzó la misión de la fundación, que “sobre la base de su carisma fundacional está completamente volcada en la caridad, para ayudar a la Iglesia que sufre.”
Durante sus viajes al extranjero, el Papa Benedicto reconoció la dedicación y trabajo de ACN con los cristianos sufrientes y oprimidos. En 2007, por ejemplo, realizó un viaje apostólico a Brasil y visitó el centro de rehabilitación de drogadictos, la Fazenda da Esperança (Granja de la Esperanza), apoyada por ACN.
Durante muchos años, el Papa Benedicto acompañó de forma significativa la labor de la organización caritativa católica internacional. El cardenal Piacenza recuerda que fue el Papa Benedicto XVI quien en 2011 elevó la organización benéfica a la categoría de fundación pontificia e inició un amplio proceso de modernización. En la carta de confirmación (Quirógrafo) el Papa honró los logros de la fundación, “que durante 65 años ha acompañado a la Iglesia en todas partes donde faltaban medios financieros o donde había violaciones de la libertad religiosa que hacían difícil o incluso imposible el ejercicio de su misión de evangelizar.” A través de su transformación en fundación pontificia, ACN recibió la forma en la que continúa hasta hoy: El Papa Benedicto nombró al Cardenal Mauro Piacenza como su primer presidente.
Ya en su época de cardenal y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger estuvo vinculado a ACN. En 2002, cuando aún era cardenal, dijo: “Apoyo a la ‘Iglesia que Sufre’ [nombre de ACN en aquel momento], porque sé que está haciendo realmente un servicio a la fe. Muchos piensan que solo se puede apoyar la labor social en el sentido estricto de la palabra; que hay que dejar a cada uno lo que crea. Pero nada es más importante que llevar a Dios a la gente, ayudarles a encontrar a Cristo, porque solo entonces se despiertan las fuerzas de la fe, que son la forma decisiva de energía para la historia del mundo”. La ‘Iglesia que Sufre’ responde a la necesidad de fe, y con ello hace lo más necesario para nuestro mundo”.
“Esta fuerza de la fe de la que hablaba el Papa Benedicto puede ser experimentada por ACN cada año en los cientos de miles de donativos que hacen posible ayudar a fortalecer la Iglesia y la fe en el mundo”, dice Thomas Heine-Geldern, Presidente Ejecutivo de Ayuda a la Iglesia que Sufre.
Heine-Geldern recuerda lo cerca que estaban los jóvenes del corazón del Papa Benedicto: “Él también nos encomendó esta importante preocupación, a través del cuidado, distribución y desarrollo del catecismo juvenil YOUCAT”.
Hoy la Fundación YOUCAT es una parte importante de Ayuda a la Iglesia que Sufre. Apoya la misión de información y anuncio del Papa. En el prólogo del catecismo juvenil, el Papa Benedicto se dirigió directamente a los jóvenes: “Ustedes deben saber lo que creen. Es preciso que conozcan su fe con la misma precisión que un informático conoce el sistema operativo de un computador. Deben entenderla como un buen músico entiende una pieza. Sí, deben estar más profundamente arraigados en su fe que la generación de sus padres, para poder afrontar con fuerza y decisión los retos y tentaciones de este tiempo.”
El legado perdurable para toda la Iglesia del difunto Papa fue “el sentimiento de identidad y pertenencia en medio de la dictadura del relativismo, que a menudo se ha convertido en fundamentalismo”, dijo el cardenal Piacenza. Benedicto XVI comunicó a los fieles que el cristianismo era tanto una religión de libertad como una religión de amor. “Mostró que el relativismo estaba en la base de muchas reivindicaciones de derechos, y que la libertad, cuando se aleja de la realidad, se destruye a sí misma”.
Junto con su aprecio por la liturgia y la oración, el Papa comunicó así valores que, en la práctica de ACN, “sostienen su labor práctica de asistencia y que son su origen”, afirma el cardenal Piacenza. Pide a los beneficiarios de la fundación que recen por el Pontífice emérito fallecido y por toda la Iglesia y que transmitan el mensaje del Papa a través de obras de caridad.