Apoyar a dos religiosas misioneras africanas en Cuba

Cuba

Dos de estas hermanas africanas —una de Uganda y otra de Kenia— trabajan actualmente en la ciudad de Palma Soriano, en la archidiócesis de Santiago de Cuba, en el extremo sur de la isla, donde atienden a 15 comunidades periféricas de las zonas rurales. Estas Hermanas imparten catequesis a niños, jóvenes y adultos; también ayudan a los necesitados, atienden a los más débiles y a los ancianos, y apoyan a las familias de la zona.

El Arzobispo tiene gran estima por su trabajo. En este país, sometido durante décadas a un régimen socialista y ateo, y que aún hoy sufre una grave crisis económica, tanto su apoyo a los necesitados como su labor de proclamación de la fe son de vital importancia. Aunque cerca del 70 por ciento de la población está bautizada como católica, solo unos pocos participan realmente en la vida de la Iglesia. El arzobispo estima que solo alrededor del 1 por ciento de los bautizados asiste realmente a la Santa Misa. Aquí es donde el testimonio vivo de estas Hermanas puede hacer mucho para cambiar las cosas.

La Iglesia en Cuba es pobre, por lo que el arzobispo se ha dirigido a nosotros en busca de ayuda. Estamos planeando ayudar a estas dos misioneras en su vida y ministerio con un apoyo de 2 mil cuatrocientos dólares para el próximo año.

¿Te unirás al sostenimiento de estas dos Hermanas en su labor de servir a los niños, los pobres, los ancianos y otros necesitados en Cuba?

Estamos seguros de que se acordarán con gratitud de usted en sus oraciones.

Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se destinarán a las principales necesidades en nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.

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