Apoyo al apostolado carcelario en Ecuador
La violencia aumenta en América Latina. En Ecuador, el número de asesinatos aumentó en más de un 80 por ciento entre 2021 y 2022.
Y en la ciudad portuaria ecuatoriana de Guayaquil, que tiene cerca de tres millones de habitantes, la tasa de delitos violentos es particularmente alta, afectando sobre todo a hombres jóvenes de entre 15 y 27 años. Son reclutados por bandas criminales, a menudo cuando ya están en prisión. Si no ven otra alternativa de vida, es fácil que vuelvan a caer en la delincuencia.
Por ello, la Arquidiócesis es muy activa en el campo del apostolado carcelario y ha desarrollado una iniciativa especial llamada Programa Carcelario Alfa, para dar a estos jóvenes delincuentes mejores perspectivas de futuro. Tanto sacerdotes como voluntarios laicos participan activamente en el programa, ayudando a apoyar y acompañar a los presos y a sus familias. Es una empresa peligrosa. Los riesgos personales a los que se enfrentan son considerables.
Dado el enorme número de reclusos -¡las cinco prisiones de la diócesis albergan a más de 12.000 presos! – el número de capellanes de prisiones y trabajadores de apoyo no es ni mucho menos suficiente. Por eso, la Arquidiócesis de Guayaquil quiere formar a más voluntarios laicos.
El trabajo con los presos implica asesoramiento, oración, culto y sacramentos. Y también hay cursos de capacitación en habilidades manuales, dirigidos no solo a ayudar a los internos a conseguir trabajos regulares, sino también a darles un sentido de autoestima. Se imparten cursos de panadería, carpintería metálica, deportes y canto coral. También se ofrece asesoramiento y apoyo material a los familiares de los presos.
Tenemos previsto contribuir con $10.620 dólares a este importante apostolado y a la formación de más misioneros laicos y capellanes.
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