Ayuda a los catequistas en Pakistán

“El Vaticano de Pakistán”. Así es como a veces se denomina humorísticamente a Khushpur, en el distrito de Faisalabad, en el Punjab, por ser la “aldea” católica más grande de todo Pakistán. Este pueblo, que cuenta con cerca de 8.000 católicos y una vida eclesiástica muy activa, es un pilar de fuerza para el catolicismo en este país abrumadoramente musulmán. Ya ha producido numerosas vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa, incluidos dos obispos.

También de Khushpur era el ex ministro de Minorías Shahbaz Bhatti, asesinado por pistoleros enmascarados por haberse levantado contra el mal uso de las tristemente célebres “leyes sobre la blasfemia” en Pakistán. Bhatti fue enterrado en Khuspur, su pueblo natal, y un grupo afiliado a los talibanes reivindicó posteriormente su asesinato. Sólo tres semanas después de su asesinato, la conferencia episcopal pakistaní solicitó oficialmente al Vaticano su inclusión en la lista de “Mártires de la Iglesia Universal”. En su última entrevista, Shahbaz Bhatti volvió a expresar su compromiso de ser un “testigo de Cristo”.

Khushpur es también importante por ser la sede, desde 1952, del Centro Nacional de Formación de Catequistas. Actualmente hay 63 hombres siguiendo un curso de formación de tres años en el centro. A los que ya están casados y tienen familia se les proporciona un pequeño apartamento, y sus esposas asisten igualmente a diversos cursos, desde conocimientos bíblicos básicos hasta costura, economía y atención sanitaria. Los papeles sociales de hombres y mujeres están estrictamente segregados en Pakistán, por lo que el planteamiento del centro de enseñar tanto a hombres como a mujeres ofrece a cada uno una forma de ayudar a cuidar de los demás en sus comunidades. Los hijos de estos catequistas, por su parte, también pueden asistir a la guardería o escuela católica local.

Los catequistas en prácticas proceden de todo Pakistán y volverán tras su formación a sus diócesis de origen, donde servirán a la Iglesia. Dado que muchas parroquias de Pakistán abarcan vastas zonas e incluyen numerosos pueblos muy dispersos, estos catequistas desempeñarán un papel vital en la transmisión de la Fe, ya que los sacerdotes son demasiado pocos y no pueden estar en todas partes a la vez.

ACN lleva muchos años apoyando este centro de formación de catequistas y tiene previsto volver a hacerlo este año, sobre todo teniendo en cuenta que la creciente inflación ha disparado los precios. Este año proponemos una aportación de $10.900 dólares para que los 63 catequistas en prácticas puedan continuar y completar su formación.

¿Puedes ayudar a estos catequistas y a sus familias mientras se preparan para servir a Dios y a los demás en Pakistán?

Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se destinarán a las necesidades más urgentes de nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.

DONAR PARA FORMACIÓN