Ayuda de subsistencia para 34 hermanas dominicas de Angola

Durante siete horas al día, las 34 hermanas dominicas de Benguela rezan las horas canónicas. Rezan por la Iglesia y por toda la humanidad. Viven aisladas del mundo y en la pobreza, pero dicen: “Somos conscientes de la grandeza de nuestra vocación. En nuestra clausura, ofrecemos nuestras vidas a Dios para magnificar su reino y salvar almas”.

Para ganarse la vida modestamente, las hermanas hornean hostias de comunión y cosen vestidos litúrgicos. Probaron suerte en una pequeña pastelería, pero no tuvieron éxito. Las materias primas eran tan caras que los ingresos no cubrían ni siquiera los costos, por lo que operaban con pérdidas. La desgracia también les ha sucedido recientemente: las verduras que cultivan en su jardín, el maíz, los tomates y las cebollas, sufrieron infecciones. Las hermanas estaban en una situación desesperada, no sabían cómo seguir adelante y rezaron a Dios por ayuda.

A veces, Dios trabaja a través de otras personas. Nuestros benefactores donaron 10.700 dólares para ayudarlas. Se alegraron mucho cuando recibieron la noticia.

Nos escribieron: “Fue una gran sorpresa y estamos llenas de alegría por la cantidad de dinero que nos han enviado. Estamos muy agradecidas por la generosidad de nuestros benefactores. Es un signo de la Divina Providencia, que siempre vela por nosotras.”

“Esperamos que todos nuestros benefactores sean bendecidos con la gracia generosa de Dios y su misericordia y les aseguramos que todas nuestras oraciones, nuestro afecto y gratitud son suyos”.

Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir los fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Las donaciones a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se utilizarán en los programas que más lo necesiten para ayudar a mantener viva la fe.

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