“Casi no hay señales de una respuesta internacional. El mundo no debe olvidar Siria”
DURANTE UNA VISITA A LAS REGIONES AFECTADAS POR EL TERREMOTO, EL NUNCIO APOSTÓLICO EN SIRIA DICE QUE VIO “UN MAR DE DOLOR”.
Cinco días después del terremoto que sacudió el sur de Turquía y el norte de Siria, matando a más de 30.000 personas, varios grupos de ayuda internacional continuaron trabajando en los rescates en Turquía, mostrando la solidaridad y el apoyo del mundo.
En Siria, sin embargo, era otra historia. “Casi no hay señales de una respuesta internacional: los únicos voluntarios internacionales que he visto personalmente en Siria proceden de Líbano”, afirmó Xavier Stephen Bisits, representante de Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) en Líbano y Siria, que viajó a Alepo el día del terremoto y el 10 de febrero visitó Lattakia. “El mundo no debe olvidar Siria”, añadió, en un mensaje a ACN.
Alepo y Lattakia fueron dos de las zonas más afectadas de Siria. Otras ciudades, como Homs y Hama, también sufrieron daños, y ha habido muy pocas noticias de Idlib, más cerca de la frontera turca, que sigue en manos islamistas.
Ocho cristianos murieron a causa del terremoto en Lattakia, pero cientos vieron sus casas dañadas o destruidas, y tuvieron que buscar refugio en otros lugares. La comunidad franciscana de la ciudad ha estado en el centro de los esfuerzos de ayuda, y ACN les proporcionará el material y la ayuda financiera que tanto necesitan.
Mientras visitaba a los franciscanos, Xavier Bisits se reunió con varios lugareños que todavía están conmocionados por lo ocurrido. “Mucha gente está desesperada. Una mujer, que había sido desplazada de Alepo durante la guerra, me dijo que no quiere dinero, lo que quiere es empezar de nuevo su vida en otro país. Un chico de 15 años me dijo que solo tenía un deseo: volver a vivir como antes de la guerra. Después de 12 años de guerra, Covid, sanciones y el colapso de la moneda, este último desastre es más de lo que mucha gente puede soportar”, dijo.
“Los frailes franciscanos están haciendo todo lo posible para apoyar a la población en estos momentos de crisis y ponen su salón parroquial al servicio de la gente”, añadió Xavier Bisits
Varios edificios se derrumbaron en Lattakia, entre ellos uno en el norte de la ciudad en el que murió una familia de cristianos que había huido de Alepo debido a la guerra civil. “Los peores daños, sin embargo, parecen haberse producido en la vecina ciudad de Jableh, donde entre 20 y 30 edificios quedaron reducidos a escombros, incluyendo casos de varios edificios derrumbados en fila”, añadió.
El representante del ACN se reunió en Lattakia con el Nuncio Apostólico Mario Zenari, quien habló con las víctimas y los voluntarios, y les prometió el apoyo y las oraciones de la Iglesia católica, añadiendo que el propio Papa Francisco había enviado ayuda financiera a las labores de socorro en Siria.
El representante diplomático del Papa en Siria también visitó una mezquita local donde se reunieron hasta 2000 personas en las primeras noches tras el terremoto, y que sigue albergando a entre 400 y 600 residentes de Lattakia.
En un mensaje enviado a ACN, el Nuncio no trató de ocultar su conmoción. “Después de visitar Alepo, Lattakia y Jableh, mi impresión puede resumirse así: Vi un mar de dolor”.
ACN ya ha aprobado varios proyectos para ayudar a la Iglesia católica local a responder a esta crisis. Esta cantidad inicial de $530.000 dólares se destinará a proyectos destinados a proporcionar ayuda inmediata a algunas comunidades, pero la principal preocupación es conseguir que las casas sean inspeccionadas por ingenieros, para que la población pueda volver a instalarse en casas que se consideren seguras. ACN está trabajando con un comité de representantes de Iglesias tanto de Alepo como de Lattakia para desarrollar una respuesta a la situación.
—Filipe d’Avillez