El fuego daña gravemente a Notre-Dame: “vigila, reza, no te desanimes”
EL LUNES 15 de abril de 2019, primer día de Semana Santa, la Catedral de Notre-Dame de París fue devastada por un terrible incendio. Poco antes de las 8:00 pm, la aguja ardiente se derrumbó en la nave de la catedral. El fuego, que había estallado alrededor de las 6.50 pm en las vigas del techo, fue sofocado alrededor de las 3.30 am, según el Departamento de Bomberos de París, pero gran parte del techo estaba destruido. El monumento histórico —el más concurrido de Europa, que recibe entre 12 y 14 millones de visitantes y peregrinos cada año— ha permanecido en pie durante siglos y ha sobrevivido a innumerables e importantes acontecimientos, desde la Revolución francesa hasta la Segunda Guerra Mundial. Se ha iniciado una investigación sobre las causas de lo que se considera un incendio accidental.
“El impactante espectáculo de Notre-Dame en llamas nos recuerda la dramática realidad que viven demasiados cristianos en todo el mundo”, dijo el padre Yves Genouville, que sirve como asistente eclesiástico de Ayuda a la Iglesia que Sufre en Francia. Continuó diciendo: “Pero al final de una noche de dolor, una imagen sorprendente: en medio del humo y las cenizas, a pesar del caos resultante de las llamas, la Cruz aparece, intacta. La gloriosa Cruz de Cristo, al pie de la cual tantos peregrinos han venido a dejar sus oraciones; la Cruz de Cristo, hoy abrumada, al pie de la cual estaba María, su Madre, Nuestra Señora, a quien está dedicada la catedral de la Arquidiócesis de París”.
Al unirse este fuego a la larga lista de los dramas sufridos por la Iglesia en Francia, Ayuda a la Iglesia que Sufre ha recibido mensajes de compasión de todo el mundo. La Iglesia Universal está unida por la oración a la Arquidiócesis de París y a la Iglesia en Francia.
El 29 de marzo de 2019, Ayuda a la Iglesia que Sufre en Francia celebró su “Noche de los Testigos” anual en Notre Dame. La hermana Mona Adhem, de Siria, una de las testigos de esa noche, escribió: “Nuestro corazón está llorando con toda Francia, y con los cristianos de todo el mundo; estamos rezando por ustedes”. Otro testigo de esa noche, el obispo Theodore Mascarenhas, secretario general de la Conferencia de Obispos Católicos de la India, escribió: “Estamos rezando por ustedes, estamos rezando por Francia. Sentimos su dolor. Su pérdida es nuestra pérdida, su dolor es nuestro dolor”.
En un comunicado, la Conferencia Episcopal de Francia invitó “a los católicos a seguir siendo siempre las piedras vivas de la Iglesia, viviendo el misterio de la muerte y la resurrección de Cristo, fuente de nuestra esperanza”.
Guiados por esta esperanza, al acercarse el Triduo Pascual, Ayuda a la Iglesia que Sufre invita a todos a velar y rezar por la Iglesia en Francia y por la Iglesia Universal; a velar y rezar al pie de la cruz, al lado de Nuestra Señora, y a no desanimarse.
—Pierre Macqueron