En Indonesia, los ataques terroristas anticristianos seguirán formando parte del paisaje

Compartir esta noticia:

ALERTA, PERO RELAJADA, A PESAR DEL PELIGRO DEL TERRORISMO. Esta es la doble actitud de los cristianos, tal y como la describen dos sacerdotes católicos tras el último atentado suicida contra la catedral católica de Makassar, la capital de la provincia indonesia de Sulawesi del Sur. Hablaron con Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

“Estoy agradecido por el hecho de que nadie de nuestra comunidad haya perdido la vida o haya resultado gravemente herido”, dijo el padre Wilhelminus Tulak, que tiene su sede en la parroquia de la Catedral del Sagrado Corazón en Makassar. Debido a las restricciones de la pandemia, el tamaño de la feligresía era menor de lo habitual, lo que probablemente fue una de las razones por las que no murió nadie, aparte de los dos terroristas suicidas. Sin embargo, según los medios de comunicación, al menos 20 personas resultaron heridas.

Los guardias de seguridad, que vigilan las puertas en cada Santa Misa, consiguieron evitar un desastre mayor, según el padre Tulak. “Uno de los hombres de seguridad se dio cuenta de que dos personas, en una motocicleta, intentaban entrar en el recinto de la iglesia. La pasajera iba vestida de negro, con el rostro cubierto por un velo completo. Esto le pareció sospechoso al hombre de seguridad, y consiguió impedir que ambos entraran en el recinto de la catedral. Poco después se produjo una explosión”.

Daños en la catedral
Daños en la catedral

Según un comunicado de la policía indonesia, realizado poco después del atentado, los dos asaltantes pertenecían al grupo terrorista Jamaah Ansharut Daulah (JAD), una rama local de ISIS. El grupo fue descrito por el jesuita de origen alemán, el Padre Franz Magnis-Suseno, SJ, como “un pequeño bloque marginal, que en mi opinión no va a ser exterminado, aunque la policía antiterrorista indonesia los persigue por todas partes”. A sus 84 años, el padre Suseno ha enseñado en varias universidades de Indonesia y es reconocido como un gran experto en el país y su composición religiosa. “Mi primera impresión tras el atentado fue, ¿qué, no otra vez? Pero no me ha sorprendido”, continuó.

En Indonesia, la nación musulmana más poblada del mundo, la convivencia entre las religiones ha sido en gran medida pacífica, con muchos musulmanes que siguen tendencias suníes más moderadas. Pero según el informe 2021 de ACN sobre Libertad Religiosa en el Mundo, las tendencias islamistas conservadoras y a veces violentas han aumentado en los últimos años, especialmente desde la derrota militar de ISIS en Siria e Irak. Sin embargo, según el padre Magnis-Suseno, esto no representa una tendencia general en conjunto. “La corriente principal de los musulmanes de línea dura en Indonesia no apoya el terrorismo”, dijo. Además, las principales organizaciones musulmanas del país, así como el ministro de Asuntos Religiosos y el presidente indonesio, Joko Widodo, han condenado el último atentado “rápida y duramente”, añadió.

En muchas partes de Indonesia, las milicias de la organización islámica Nadlatul Ulama se encargan de proteger las liturgias cristianas de Pascua. Esto ocurrirá sin duda este año, dijo el padre jesuita Suseno: “la reacción tras el atentado ha sido moderada, sin pánico”.