‘Hagamos que sea fácil’: la labor de los salesianos en Estambul

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KOLAY GELSIN, TRADUCE LITERALMENTE DEL TURCO “HAGAMOS QUE SEA FÁCIL”. ESTE ES UN SALUDO COMÚN QUE SE ESCUCHA EN LAS CALLES DE TURQUÍA. Se dice a las personas que realizan un trabajo duro para expresar el deseo de que soporten sus cargas con mayor facilidad y se vean aliviados de su carga. El padre Simon Härting, salesiano de origen alemán, lo considera un saludo profundamente cristiano que también describe acertadamente su trabajo en Estambul, donde lleva tres años prestando sus servicios.

Durante su visita a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), habló de Bomonti, un barrio tradicionalmente cristiano de la ciudad que hoy se caracteriza por la presencia de un gran número de familias inmigrantes de diferentes culturas.

Los Salesianos de Don Bosco realizan diversas actividades en el Vicariato Apostólico de Estambul; sin embargo, el foco principal de su trabajo es claramente la prestación de servicios pastorales y pedagógicos relacionados con la atención pastoral de los emigrantes y refugiados que viven en Bomonti.

El fútbol trae la alegría a Estambul (Don Bosco Estambul)

La mayoría de estas personas consideran a Turquía como una simple escala, ya que quieren migrar a países como Australia o Canadá. “Se habla mucho de los refugiados de Irak o Siria, pero también vienen muchos otros, por ejemplo de Pakistán, Nigeria, Burkina Faso, Malí o Costa de Marfil, por citar algunos países, y se quedan durante años. Algunos tienen que esperar seis o siete años para obtener un visado”, explica el padre Simon. Por ello, los salesianos se han dedicado a educar a los hijos de estas familias. Dirigen una escuela para más de 400 niños y un pequeño centro juvenil para 40 adolescentes en el Campus Evrim de Bomonti.

Otro aspecto de su trabajo es la atención pastoral en lengua turca. Bomonti estaba antes en las afueras de la ciudad, pero hoy esta en el corazón mismo de Estambul. La iglesia local del distrito, Notre Dame de Lourdes, es la única iglesia de Estambul dedicada exclusivamente a la comunidad católica de habla turca. En otras parroquias, el griego y el francés predominan sobre el turco, porque Estambul es una ciudad multicultural y multilingüe. La población de Estambul se ha multiplicado por diez en los últimos 50 años y la ciudad tiene una de las mayores poblaciones de jóvenes de todas las ciudades europeas.

En la parroquia de Notre Dame de Lourdes los niños, adolescentes y adultos de habla turca se preparan para recibir la Primera Comunión, confirmarse o recibir el sacramento del Matrimonio. “En el Vicariato de Estambul, tenemos unos 100 catecúmenos que proceden de muchos países diferentes, incluidos turcos e iraníes. Convertirse en cristiano no está prohibido aquí. El grado de aceptación social varía de un caso a otro. Algunos son repudiados por sus familias, otros no tienen ningún problema, y también ocurre a veces que familias enteras deciden hacerse cristianas”, informa el padre Simon.

La parroquia necesita urgentemente unas instalaciones adecuadas para poder prestar sus servicios pastorales. Por esta razón, los salesianos quieren construir —con la ayuda de los donantes de Ayuda a la Iglesia que Sufre— un nuevo centro parroquial y social en los terrenos del Campus Evrim. El nuevo centro debe beneficiar a todos, tanto a los residentes locales como a los inmigrantes, y facilitar un intercambio intercultural entre los jóvenes que viven en el distrito de la ciudad.

Muchos de los que acuden a los salesianos en busca de ayuda han tenido experiencias difíciles y traumáticas y buscan consuelo. O viven en estructuras sociales muy frágiles. Sin embargo, su situación suele volverse dramática cuando los migrantes deciden abandonar Turquía y ya no tienen paciencia para esperar un visado. “Me produce una sensación horrible cuando se me acercan después de la misa dominical y me piden que bendiga su viaje. Sé a dónde se dirigen y que no siempre acaba bien”, dice el padre Simon.

Las cargas que soportan muchos de los refugiados son tan pesadas que apenas se pueden soportar. “El nuevo centro pretende ser ‘Kolay gelsin’ una fuente de alivio, una bendición para ellos”, explica el padre Simon. Por eso los salesianos se sienten inspirados por el saludo: Kolay gelsin ‘hagamos que sea fácil’. Que Dios conceda el alivio. “Nuestra vocación es aliviar las cargas de los demás y traer la salvación al mundo para todos nosotros. El regalo de la despreocupación y la salvación, esto es lo que nos gustaría dar al fundar el nuevo centro en el Campus Evrim.”

—Maria Lozano