En Malí, hay alegría por la liberación del sacerdote secuestrado
Ayuda a la Iglesia que Sufre ha confirmado la liberación, el 13 de julio, del padre León Douyon, sacerdote de Ségué, en la región de Mopti (Malí).
En un mensaje recibido por ACN, el obispo de Mopti, Jean-Baptiste Tiama, expresó su alegría por la noticia: “Nuestro hermano Léon Douyon estaba separado, lejos de nosotros. Esta tarde ha vuelto con nosotros y estamos muy contentos”.
El padre Léon fue secuestrado el 21 de junio junto con cuatro laicos cuando se dirigían a un funeral. Cuatro de los rehenes fueron liberados a las pocas horas, pero el sacerdote fue retenido por los yihadistas.
El obispo Tiama agradeció “a todos los conocidos y desconocidos que contribuyeron a su liberación”. El padre Léon fue liberado cerca de Bandiagara, donde actualmente descansa antes de regresar a Mopti, informó el obispo.
El prelado también pidió a cada presbítero de la diócesis que celebrara una misa de acción de gracias por el regreso del sacerdote secuestrado. Los fieles de Ségué, donde sirve el padre León, se reunieron inmediatamente después de recibir la noticia para dar gracias por su liberación. Imágenes de la alegre celebración han llegado a Ayuda a la Iglesia que Sufre.
“Gracias a sus oraciones y bendiciones de todas partes, ya me tienen de nuevo entre ustedes para continuar con la misión de Jesucristo. Gracias una y otra vez por todo lo que han hecho por mí, por mi familia, por la familia de los fieles. Gracias, ¡muchas gracias!”, dijo el padre León en un mensaje en el que agradeció explícitamente las oraciones de los benefactores de ACN.
Pidió a todos que “sigan rezando también por la hermana Gloria, una hermana misionera colombiana que también fue secuestrada en Malí hace cuatro años”. Según fuentes de Ayuda a la Iglesia que Sufre, la hermana Gloria está ahora retenida por otro grupo terrorista, vinculado a Al Qaeda y que se autodenomina “Grupo de apoyo al Islam y a los musulmanes” (Groupe de soutien à l’islam et aux musulmans).
Desde 2012, grupos yihadistas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico han llevado a cabo secuestros para obtener dinero o ejercer presión política. Entre estos grupos se encuentran Jamaat Nusrat al-Islam wal Muslimeen (JNIM) y el Estado Islámico del Gran Sahara (ISGS).
Además del aumento de la actividad yihadista con un claro objetivo religioso de imponer la sharia y el fundamentalismo islámico entre la población, existen graves conflictos entre grupos étnicos y comunidades en la región de Mopti. Los conflictos, centrados en gran medida en la propiedad de la tierra y el acceso a los recursos, se dan entre los fulani (principalmente musulmanes), los dogon (que practican mayoritariamente religiones tradicionales y animistas), y algunos cristianos.
Según los datos del informe 2021 de ACN sobre libertad religiosa en el mundo, en Malí predomina la rama suní del Islam. Cerca del 13 por ciento de la población pertenece a otras religiones. Los cristianos representan algo más del 2 por ciento, siendo dos tercios de ellos católicos y el otro tercio protestantes. En Malí también hay religiones tradicionales africanas (casi el 9 por ciento de la población); algunos musulmanes y cristianos también incorporan tradiciones africanas en sus observancias rituales.
—Maria Lozano