Italia: una reunión de alto nivel rinde homenaje al sacerdote secuestrado en Siria

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El 24 de julio, Su Excelencia Jacques Mourad, Arzobispo Siríaco de Homs, Siria, junto con Sandra Sarti y Alessandro Monteduro, presidenta y director de ACN Italia, respectivamente, se reunieron con Alfredo Mantovano, Subsecretario de Estado de la Presidencia del Consejo de Ministros en Italia. También asistieron el arzobispo sirio de Alepo, Antoine Chahda, y el obispo sirio de Aretusa, Rami al-Kabalan.

El arzobispo Jacques Mourad fundó la comunidad monástica de Deir Mar Musa con el jesuita italiano c, secuestrado hace 10 años en Raqqa el 29 de julio de 2013. El arzobispo Mourad comenzó la reunión expresando su esperanza de que continúe la búsqueda del padre Dall’Oglio y de los demás fieles secuestrados. El arzobispo siriaco católico habló también del sufrimiento del pueblo sirio, muy afectado por el embargo actual. Las sanciones impuestas por la comunidad internacional, dijo, solo perjudican al pueblo, y a los cristianos en particular, no al gobierno. Este hecho, sumado a la emigración masiva de jóvenes que se enfrentan a bajos salarios y pocos empleos, hace cada vez más probable que los acontecimientos políticos y militares de los últimos años conduzcan a la desaparición gradual de los cristianos en Oriente Medio.

El arzobispo Antoine Chahda denunció la falta de ingresos, sin los cuales los sirios no pueden abastecerse de servicios públicos, como electricidad, alimentos y medicinas. Y el obispo Rami Al-Kabalan destacó la importancia del sistema educativo católico. Muchas escuelas han cerrado o han sido nacionalizadas, lo que afecta negativamente al aprendizaje curricular y al diálogo entre los distintos grupos religiosos, que ayuda a evitar la radicalización.

Padre Paolo Dall’oglio (Crédito: P. Garety et O. Crellin/Wikimedia Commons/CC BY-SA 3.0)

Sarti y Monteduro recordaron que antes del conflicto armado, que dura ya más de una década, los cristianos representaban el 10% de la población, es decir, dos millones de personas, mientras que las estimaciones actuales hablan entonces de entre 300.000 y 500.000.

Representantes de ACN Italia señalaron también que, debido a las sanciones, la dificultad para transferir fondos e importar mercancías hace casi imposible la ayuda humanitaria. Aunque las sanciones incluyen oficialmente excepciones para la ayuda humanitaria, en la práctica no funcionan. El sistema europeo de códigos bancarios IBAN y el sistema estadounidense SWIFT bloquean todas las transferencias a Siria, incluso por razones humanitarias. Pero los fondos que envía ACN son esenciales para ayudar a las instituciones gestionadas por la Iglesia, ya que proporcionan los bienes necesarios a las comunidades necesitadas. Y en su llamamiento a la comunidad internacional, por lo que ACN Italia citó el discurso del Papa Francisco al Cuerpo Diplomático del Vaticano en febrero: “Mi pensamiento se dirige también a Yemen y a la querida Siria, donde, además de otras graves emergencias, una gran parte de la población experimenta inseguridad alimentaria y los niños sufren malnutrición. En varios casos, las crisis humanitarias se ven agravadas por las sanciones económicas, que a menudo afectan principalmente a los segmentos más vulnerables de la población y no a los dirigentes políticos. Aunque comprende las razones de la imposición de sanciones, la Santa Sede no las considera eficaces y espera que se suavicen, entre otras cosas para mejorar el flujo de ayuda humanitaria, especialmente de medicamentos y material sanitario, tan necesarios en estos tiempos de pandemia.”

Hablando en nombre del gobierno italiano, Mantovano expresó su solidaridad con el arzobispo sirio de Homs, en relación con el dramático secuestro sin resolver del padre Paolo Dall’Oglio, asegurándole que Italia seguirá buscándolo, especialmente a través de sus servicios de inteligencia.

El Subsecretario de Estado declaró también que las sanciones económicas no deben impedir el suministro de ayuda esencial a la población, ya que el embargo frustra actualmente todos los esfuerzos para apoyar a las comunidades más amenazadas, empezando por los cristianos. El gobierno italiano discutirá con sus aliados, especialmente dentro de la Unión Europea, la mejor manera de introducir cambios en el actual sistema de sanciones, para ayudar a devolver la esperanza a una población cansada de la guerra.