Los prelados africanos acogen el llamado del Papa a rezar por la paz

Compartir esta noticia:

EL PAPA FRANCISCO ha hecho un llamado a los católicos de todo el mundo, y a todas las personas de buena voluntad, para que dediquen el viernes 23 de febrero de 2018 a orar por la paz, en particular en nombre de 2 naciones africanas que están experimentando violentos disturbios Sudán del Sur y la República Democrática del Congo (RDC).

ACN reports on the life of the suffering Church around the world, helps the Church stand up for the human rights and dignity of believers in Africa
Refugiados sudaneses en el Sudán

Hablamos con 2 prelados africanos el obispo Timothy Bodika Mansiyai, de Kikwit, en la RDC, y el obispo auxiliar Daniel Adwok, de la Arquidiócesis de Jartum, en Sudán sobre el sufrimiento de su pueblo.

“El Santo Padre conoce bien la trágica situación que atraviesan ambos países”, dijo el prelado congoleño, y añadió que “el Papa tiene un gran deseo de visitar ambos lugares, pero se vio obligado a cancelar ambos viajes”. Sin embargo, aunque no pudo estar físicamente presente en nuestros países, nos acompaña de forma espiritual”.

El obispo Bodika expresó su gratitud hacia el Papa Francisco, diciendo que el Pontífice “continúa siguiendo de cerca la tensa situación que vive la RDC y la represión y los abusos de los que son víctimas: los sacerdotes, religiosos y laicos cristianos católicos. Dios escucha las lágrimas de su pueblo”.

La lucha por las riquezas minerales del país ha alimentado una guerra despiadada en el este del Congo durante más de una década; también hay un conflicto violento en la región central de Kasai. Además, el obispo dijo que hay “una crisis general debido a las tensiones políticas vinculadas a las próximas elecciones generales”.

En los últimos meses, la situación se ha agravado aún más, con manifestaciones pacíficas violentamente reprimidas por las fuerzas armadas del Gobierno, que han provocado muertos y numerosos heridos. Algunas de estas protestas fueron organizadas por el Comité de Coordinación Laica de la Arquidiócesis de Kinshasa, y pidieron que se respetaran los acuerdos negociados por la Iglesia, el 31 de diciembre de 2016, para hacer cumplir la rotación constitucional de los cargos políticos del país.

“El día especial de oración y ayuno es un llamado a la conversión de los corazones, de todos nuestros corazones, pero también de nuestros políticos y líderes”, dijo el obispo Bodika. Continuó: “Han olvidado que su deber es servir a los intereses de toda la nación, no solo de un puñado de personas, mientras que el resto de la comunidad permanece en la pobreza”. El pueblo del Congo, dijo, “grita de dolor, pero la comunidad internacional no escucha”.

Solo en su diócesis, el número de personas desarraigadas que necesitan ayuda humanitaria urgente ya ha llegado a 30.000. “La Diócesis de Kikwit no tiene los medios financieros para hacer frente a esta emergencia humanitaria. Y, hasta ahora, nuestras peticiones a las autoridades y organizaciones políticas para que nos ayuden a manejar esta crisis no han tenido éxito”, dijo el obispo.

Por su parte, el obispo auxiliar Daniel Adwok, de Jartum, describió la crisis de su país: “La guerra civil ha creado desplazamientos masivos en muchas partes, lo que está perjudicando a las comunidades y familias, junto con una pérdida de respeto por la dignidad humana”.

El obispo Adwok deplora el hecho de que “el terror reine en Sudán del Sur, con guerreros, el Gobierno y los políticos luchando por el poder y los cargos, sin importarles el destino de los sudaneses comunes y corrientes”. El hecho de que hasta hoy el propio Gobierno desconozca que muchas personas han muerto en Sudán del Sur desde el comienzo del conflicto en diciembre de 2013 es indicativo de cómo el valor de la persona humana se ha convertido en algo sin valor”.

“Nadie lleva la cuenta y parece como si los que murieron por violencia, de hambre o maltratos fueran ‘desafortunados’, [como si] estuvieran en el lugar equivocado en el momento equivocado”, dijo el obispo.

Además de pedir el cese de las hostilidades en Sudán del Sur y esperar las bendiciones de la paz, el obispo Adwok pidió que durante la jornada de oración y ayuno la gente también rezara por los refugiados y desplazados, especialmente por los jóvenes. Dijo: “La mayoría de ellos no tienen trabajo y no pueden continuar con su educación, y al mismo tiempo se los deja solos para que se valgan por sí mismos. Pero en muchos casos tienen que ocuparse también de sus hermanos menores y otros parientes. Los numerosos desafíos a los que se enfrentan los hacen sentirse solos, por eso buscan consuelos baratos que los arrastran a los grupos vinculados con la violencia”.

El llamado del Santo Padre a rezar por la paz es una respuesta concreta al grito silencioso de tantas víctimas en todo el mundo. Durante 2017, hubo un total de 31 guerras y conflictos armados, según informó el Grupo de Investigación de las Causas de la Guerra, con sede en la Universidad de Hamburgo, Alemania.

Ayuda a la Iglesia que Sufre que apoyó a la Iglesia en África financiando cerca de 2.000 proyectos por un total de más de 30 millones de euros en 2017 invita a todo su personal y a los donantes a unirse en la jornada de oración y ayuno del 23 de febrero de 2018.

—Maria Lozano

APOYAR A LA IGLESIA QUE SUFRE