Mensaje de Navidad: “Cristo es el hermano de todo hombre y mujer”

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EL SIGUIENTE ES EL MENSAJE DE NAVIDAD DE ESTE AÑO del cardenal Mauro Piacenza, presidente de Ayuda a la Iglesia que Sufre:

Antes de encarnarse en un cuerpo humano, en nuestra humanidad, Dios se encarnó y se rebajó usando nuestra palabra. La Palabra de Dios es nuestra propia palabra; el proceso de la Divina Encarnación comienza ya con la Biblia. Dios se ha revelado, se ha hecho presente en un hombre.

El cristianismo no es una religión meramente espiritual. Es una religión ligada esencialmente al cuerpo también. Somos verdaderamente de Cristo si aceptamos realmente el “sacramento” de su Humanidad. Nuestro contacto con Dios pasa por la Humanidad de Cristo. Siempre tenemos cuidado de no transformar el cristianismo en una gnosis, en una doctrina moral.

Reconocer que Dios ha venido en la carne es la máxima paradoja. Una de las tentaciones más graves es, sin duda, la de transformar el cristianismo en un conjunto de pautas morales, de enseñanzas, en una campaña de ayuda puramente social, en una ONG, y el Papa ha repetido muchas veces esta advertencia. Debemos tener mucho cuidado con esto, porque la mentalidad secular, impulsada, podemos decir, por todos los medios de comunicación, tiende en esta misma dirección. No debemos dejarnos arrastrar por esta marea. Debemos recordarlo, recordar nuestra dirección, reflejarlo en nuestras opciones, en nuestro modo de ser Ayuda a la Iglesia que Sufre.

El que salva es solo Dios, y Él ha venido en la carne. El mayor peligro es desprenderse de una relación real con Cristo. Solo en Cristo Dios garantiza un valor a mis acciones, a mi vida. Busquemos reconocer al Señor en cada situación de la vida, para poder entrar en una relación cada vez más concreta con Él. Busquemos fundar todo lo que hacemos y decimos en el testimonio del Evangelio, para vivir en cada momento a la luz de su Presencia. Que la Santísima Virgen María nos ayude en ello.

Ninguna criatura ha vivido, o podrá vivir, en una relación más íntima con Jesús que María. Por esta relación, Jesús es el Hijo de María, y también el hermano de todo hombre y mujer. Realmente es uno de nosotros. Esta es la idea fundamental de Fratelli Tutti.

La Madre de Dios se convierte también en Madre de todos los hombres, de cada uno de nosotros, porque su Hijo es el hombre que es Uno con todos. En cada ser humano que nace, Dios entra en el mundo. Toda la vida de los hombres y de la humanidad se resume y existe en el acto de la generación de Cristo.

Con este breve pensamiento, y con la seguridad de mi recuerdo en las oraciones ante el pesebre, les hago llegar a todos ustedes, a sus familias y a todos los que llevan en su corazón mis más sinceros deseos de una Navidad verdaderamente santa.