Nicaragua libera a 19 clérigos y los expulsa del país

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Diecinueve clérigos fueron liberados y expulsados del país, sumándose a las decenas de otros que han sido exiliados en los últimos años. Las restricciones a la libertad religiosa continúan en un país donde cuatro de cada nueve diócesis tienen ahora obispos que viven en el extranjero, dijo Regina Lynch, presidenta ejecutiva de Ayuda a la Iglesia que Sufre.

Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) ha acogido con satisfacción la liberación de 19 clérigos que estaban encarcelados en Nicaragua por denunciar injusticias y violaciones de los derechos humanos, o simplemente por intentar actuar libremente, pero sigue preocupada por el hecho de que se hayan visto obligados a abandonar el país y por la continua represión de la libertad religiosa en Nicaragua.

La liberación fue anunciada en un comunicado oficial por el gobierno nicaragüense, acompañado de una lista con los nombres de los liberados y exiliados: dos obispos, 15 sacerdotes y dos seminaristas. El grupo fue liberado el 14 de enero y llegó a Roma ese mismo día, excepto un clérigo, que se encuentra en Venezuela por problemas de salud.

Entre los liberados se encuentra el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien había sido detenido en agosto de 2022, y en 2023 se negó a exiliarse a EE.UU. tras ser condenado a 26 años de prisión. El otro obispo dirige la diócesis de Siuna, Isidoro de Carmen Mora Ortega, que fue detenido por mencionar al obispo Álvarez en una homilía.

Lynch, presidenta ejecutiva de Ayuda a la Iglesia que Sufre, ha acogido con cautela la liberación de los clérigos, señalando, sin embargo, que persiste la preocupación por la libertad religiosa en Nicaragua: “Es una buena noticia que el obispo Rolando Álvarez ya no esté en prisión, aunque no hay que olvidar que languideció allí durante 16 meses. Esperamos que pueda recibir el apoyo necesario para recuperarse tras el largo periodo de detención. ACN también se alegra de la liberación del obispo restante, 15 sacerdotes y dos seminaristas que estuvieron en prisión durante un periodo más corto, pero debemos resaltar lo tremendamente injusto que es que se hayan visto obligados a vivir separados de sus rebaños y de sus familias. La incertidumbre y el miedo en la comunidad también es grande”.

Monseñor Álvarez

La liberación masiva y el exilio de clérigos se ajusta a un patrón de conducta del régimen en su ataque contra la Iglesia y sus miembros. En octubre de 2023, 12 sacerdotes fueron liberados de prisión y enviados al Vaticano; otro grupo ya había formado parte de un exilio masivo a Estados Unidos en febrero de 2023.

La presión internacional, tanto política (desde Washington hasta el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos) como mediática, se ha intensificado en las últimas semanas en un contexto de represión que tiene pocos precedentes en América Latina.

El Vaticano no ha emitido ninguna declaración oficial. Su medio de comunicación oficial, Vatican News, anunció la liberación, pero el tono utilizado en el artículo contrasta con el optimismo expresado por el comunicado de prensa del gobierno nicaragüense sobre el exilio masivo en cuanto a la relación entre la Santa Sede y el gobierno nicaragüense.

Un clero menguante

El exilio forzoso de esta última oleada de clérigos se suma a la creciente lista de clérigos que han tenido que abandonar el país desde que el régimen comenzó su creciente opresión contra la Iglesia, que incluyó la expulsión del Nuncio Apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, en marzo de 2022.

La ausencia de sacerdotes ya ha causado dificultades pastorales y administrativas en algunas diócesis. “Tres de las diócesis de Nicaragua están ahora dirigidas por obispos que se encuentran en el exilio, a saber, Matagalpa y Estelí —ambas dirigidas por Álvarez— y Siuna. Anteriormente, en 2019, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez Ortega, se exilió por mayores problemas de seguridad. Otra diócesis tiene un obispo que supera la edad de jubilación, y el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, cumplirá 75 años en marzo”, informa Lynch.

Desde 2022, 50 sacerdotes han sido detenidos en algún momento. Según algunas estimaciones, alrededor del 15% del clero del país vive ahora en el extranjero. Algunos se han exiliado por miedo a ser detenidos, otros han sido deportados por el régimen y a otros se les ha denegado la reentrada en el país tras viajar al extranjero. El gobierno también ha deportado a misioneras extranjeras, como las Hermanas de la Caridad, la orden fundada por Santa Madre Teresa, que se dedica a atender a los más indigentes.

“La libertad religiosa es una piedra angular de la libertad, y los regímenes autocráticos siempre temen el testimonio y la voz de quienes dedican su vida a vivir y difundir el Evangelio del amor. Las restricciones a la libertad religiosa continúan en un país donde cuatro de cada nueve diócesis tienen ahora obispos que viven en el extranjero. Rezamos para que la Iglesia y el pueblo de Nicaragua sean algún día libres de decir lo que piensan y de practicar su fe sin temor a repercusiones”, concluyó Regina Lynch.

—Filipe d’Avillez & Maria Lozano