Para la juventud de Siria, la educación es la clave para un futuro más brillante

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ARAX BOGHOS (18) es una adolescente armenia ortodoxa que acaba de terminar la escuela secundaria en su ciudad natal de Alepo, Siria, la segunda ciudad más grande del país que durante años fue testigo de algunos de los peores combates de la guerra civil. Arax valora enormemente la educación, que considera vital para los jóvenes, ya que ellos llevarán la carga de reconstruir la sociedad siria a largo plazo. Aquí habla de sus ambiciones:

Arax Boghos

“Vivo con mi madre y mi hermana en Alepo, mi padre trabaja en la agricultura y vive en la provincia de al-Qamishli. Durante los 7 años de la guerra, no lo vimos por la falta de seguridad de Al-Qamishli, que estaba en la línea de fuego de la batalla con ISIS. Una vez fue sometido a un intento de secuestro, pero los militantes prefirieron tomar el dinero y eligieron no matarlo”.

“Mi madre, mi hermana y yo vivimos en una casa que estaba muy cerca del combate entre los grupos armados; aunque vivimos en un barrio elegante, con una mayoría cristiana, la guerra no hizo distinciones”.

“Siempre temíamos a un francotirador que estaba apostado muy cerca de nuestra calle. Solía huir de él de camino a la escuela, antes de que me viera. Los proyectiles caían cerca de nuestra casa, pero mi madre, mi hermana y yo nos reíamos cuando eso sucedía. Nos reíamos pensando que tal vez estas serían nuestras últimas risas. Todo lo que hacíamos nos apetecía hacerlo por última vez, ya que no sabíamos cuándo podríamos morir. Gracias a Dios, ahora la situación de seguridad ha mejorado, y mi padre puede visitarnos cada 3 o 4 meses”.

“La atmósfera tensa en Alepo era difícil de soportar; en los días más difíciles viajamos a Armenia y pasamos algunos meses allí. Luego volvimos, pero sabiendo que íbamos a vivir en nuestra casa sin electricidad ni agua, en lugar de vivir en un país turístico como Armenia. Armenia es un país hermoso y, como chica armenia, tengo un sentimiento único hacia ella, pero en mi casa de Alepo me siento a gusto; mi patria es Siria”.

“En ese período difícil, mi fe solo estaba en Dios, y todavía, cuando me siento cansada y asustada, rezo inconscientemente y confío en que no me defraudará dos veces. Incluso durante mis exámenes dediqué tantas horas a las oraciones como las que dediqué a mis estudios”.

“Durante la guerra, vivimos en circunstancias complejas, especialmente como estudiantes. Estudiamos a veces a la luz de las velas, sin mencionar los sonidos de las explosiones que aumentaban nuestro estrés. Sin embargo, la situación es mucho mejor ahora. Dedico las horas en que hay electricidad para estudiar, y las horas de oscuridad para dormir y descansar”.

“Creo que Dios nos eligió para vivir esta guerra y para probar nuestra fe. Dios no quiere dañar a nadie, pero quiere que creamos en Él bajo cualquier circunstancia”.

“Durante la guerra, conocí a gente que estaba muy oprimida. Me di cuenta de que la guerra siempre oprime a los inocentes. A menudo, la gente inocente encuentra su destino de muerte sin cometer ningún pecado”.

“Debemos decirles a todos que Dios no acepta el asesinato, la matanza y la injusticia. Obtuve mi profundo conocimiento de Dios a través de mi lectura e investigación. Siempre hubo preguntas existenciales en mi mente sobre la fe cristiana, y me respondí a mí misma a través del estudio de la Palabra de Dios. Invito a todos los jóvenes a hacerlo, para que encuentren el amor y la bondad para ellos mismos y sus vidas”.

“Desde que era niña, mi sueño ha sido convertirme en una periodista profesional. A través de los medios de comunicación, puedo entregar un mensaje real. He trabajado duro para obtener las calificaciones requeridas para aplicar a la Facultad de Comunicación e Información y a la Facultad de Derecho. Actualmente, estoy esperando noticias de las escuelas y confío en la voluntad de Dios para que me guíe hacia el mejor futuro”.

“Hay muchos jóvenes que dejaron de estudiar debido a la guerra. Quiero decirles: ‘Vuelvan a la escuela y continúen su educación’. Sacrificar la educación es el mayor error, porque somos el futuro y tenemos que ser una generación informada y educada”.

“A pesar de las circunstancias a las que nos hemos enfrentado todos los estudiantes, aprobé mis exámenes con altas calificaciones. Animo a todos a que realicen sus exámenes finales de secundaria en este año, a que no renuncien a sus sueños o se rindan a la presión de la vida, porque Dios está con nosotros”.

—Nagham Koudsiah       

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