SIRIA: ACN pagará el alquiler a las víctimas que no puedan volver a sus casas

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TRES SEMANAS DESPUÉS DEL TERREMOTO, TODAVÍA HAY DECENAS DE PERSONAS REFUGIADAS EN IGLESIAS y escuelas gestionadas por la Iglesia en Alepo.

Las primeras cifras sobre el número de casas dañadas por el terremoto en Siria indican que 2.500 hogares cristianos de Alepo necesitan reparación. Mientras se calculan los costes y se ultiman los detalles para iniciar los trabajos, la prioridad en estos momentos es “alquilar alojamientos temporales para aquellas familias que no pueden volver a sus casas, porque no es sostenible, ni digno, que sigan durmiendo en los suelos de una sala de iglesia”, afirma Xavier Bisits, responsable de proyectos para Siria de Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

Xavier Bisits explica que ACN acaba de aprobar un programa de colaboración con el Comité Conjunto de la Iglesia de Alepo, que incluye a representantes católicos, ortodoxos y protestantes, para proporcionar ayuda para alquileres temporales a unas 430 familias afectadas por el terremoto. Estas familias no podrán regresar a sus hogares en un futuro próximo, porque los edificios en los que vivían quedaron parcial o totalmente destruidos, o sufrieron graves daños.

Según ACN, la prioridad es proporcionar ayuda para los primeros seis a doce meses de alquiler a las personas cuyas casas tienen que ser demolidas porque el gobierno las ha considerado estructuralmente inseguras.

El responsable de proyectos de ACN visitó algunas de estas casas en Alepo y explica que al menos 60 edificios de Alepo se derrumbaron en el terremoto, pero que el número de casas que puede ser necesario derribar se contará probablemente por centenares, ya que “los ingenieros dicen que aunque el edificio en sí no esté en ruinas, podría haber daños estructurales y podría ser necesario derribarlo. En cualquier caso, estamos trabajando con las Iglesias locales para ayudar a las familias con el alquiler, para que puedan permanecer en un lugar seguro mientras se inspeccionan o reparan los edificios, ya que esperamos que puedan repararse en algunos casos.” Otras 15 familias están recibiendo ayuda para el alquiler a través de una asociación con la parroquia de la Anunciación, como parte del apoyo de ACN a 450 familias afectadas por el terremoto en un barrio armenio pobre de Alepo.

Una de las casas afectadas pertenece a Clemente, una anciana siria de ascendencia armenia, que explica cómo la despertó el terremoto de madrugada. “Las ventanas empezaron a romperse y las paredes a derrumbarse. Estábamos aterrorizados. Estuvimos a punto de morir. No puedo moverme con facilidad, así que mi hijo me ayudó a salir de la cama y salimos a la calle lo más rápido que pudimos. Había mucha gente y llovía a cántaros. Nos sentamos en un bloque de piedra y dimos gracias a Dios por estar vivos”.

Sin embargo, Clemente ahora no puede volver a su casa: “Mi hermano es ingeniero e inspeccionó nuestra casa. Nos dijo que estaba demasiado afectada y que debíamos mudarnos. Vivimos en un cuarto piso, y un muro vecino cayó sobre nuestra casa. Un enorme bloque de piedra cayó sobre nuestro patio. Todo está destruido”.

Sawsan, otra cristiana de la misma zona, también se vio afectada por el terremoto. Ella y su hermana señalan las grietas de la pared mientras recuerdan lo sucedido. “Nos despertamos sobre las 4:20 de la mañana. Estábamos muy asustadas y las paredes se caían a nuestro alrededor. Me desmayé y no sé ni recuerdo exactamente lo que pasó después, pero mi hermana me cogió de la mano y pudimos escapar de la casa. Fuimos a una escuela cercana y allí nos refugiamos. Todavía no podemos volver a nuestra casa, porque está llena de grietas, y tenemos que esperar a que la reparen”.

Por ahora, según Bisits, la prioridad es ayudar a la gente a regresar y dejar de vivir en condiciones muy precarias con familiares, en iglesias o en sus coches. La segunda fase consistirá en reparar los daños en las casas, y ACN ya está estudiando un proyecto con ese objetivo.

La población sigue presa del miedo, muchos han quedado traumatizados. Tras 12 años de guerra y una profunda crisis económica, la ocurrencia de una catástrofe natural ha empeorado aún más la situación, que ya era muy difícil. Muchos han venido a pedir ayuda y apoyo a la Iglesia.

La hermana Siba Khoury, del Instituto de las Hermanas Educadoras de Santa Dorotea, Hijas del Sagrado Corazón, es una de las religiosas que, junto con el padre Hugo Alaniz, párroco de la parroquia de la Anunciación, ha estado acompañando a las familias en estos difíciles momentos: “Hemos visitado las casas más dañadas. Hay seis familias en una situación muy grave. Intentamos darles un poco de apoyo. También ofrecemos a muchas otras familias ayuda en forma de alimentos. Estamos muy agradecidos por su ayuda para poder ayudarles, y ellos dan gracias al Señor por nuestra presencia, que les proporciona alivio y apoyo. Gracias, gracias, por estar con nosotros”.

Para ver una visita a una casa afectada en Alepo, haga clic aquí.

—Maria Lozano