Apoyar a misioneras religiosas y laicos en una diócesis de Argentina en dificultades
Añatuya es una de las diócesis más pobres de Argentina. La mayor parte de su población, de apenas 200.000 habitantes, vive muy dispersa en un área (26.500 millas cuadradas) cercana al tamaño de Virginia Occidental. Las carreteras son malas, la gente tiene poco acceso a la educación formal o a la atención médica, y el desempleo y las familias desestructuradas son un problema generalizado.
Actualmente hay 81 religiosas, dos hermanos y siete misioneros laicos trabajando en la diócesis, intentando marcar la diferencia. Algunos dirigen residencias de ancianos, hogares infantiles y comedores de beneficencia. Algunos atienden a discapacitados, mientras que otros trabajan en parroquias donde no hay sacerdote, apoyando a las familias en su fe. Muchos tienen que recorrer largas distancias, a menudo en bicicleta, para reunirse con quienes atienden.
La hermana María Luján, de las Misioneras de Jesús, Verbo y Víctima, una de las congregaciones que trabajan en la diócesis, informa: “En la actualidad dirigimos 20 centros de misión, o Parajes, algunos hasta a 35 millas de distancia. Llegamos a ellos por carreteras sin asfaltar, a menudo prácticamente intransitables no solo en tiempo de lluvia a causa del fango viscoso, sino también en tiempo seco, cuando la tierra blanda es como dunas de arena.”
“La gente que vive en estos “Parajes” está generalmente en comunidades de entre 10 y 70 familias, familias grandes con muchos niños. Suelen estar muy dispersos, ya que son ganaderos y dejan que sus cabras vaguen ampliamente por el campo.”
“Apoyamos espiritualmente a la gente, haciendo visitas domiciliarias, impartiendo instrucción religiosa, atendiendo a ancianos y enfermos y ocupándonos de la educación ética y moral de los niños y jóvenes, además de organizar liturgias de la Palabra. También gestionamos un hospital de campaña básico y enseñamos costura y otras manualidades. Intentamos constantemente aliviar las necesidades que vemos en las familias”.
ACN ayuda regularmente a los misioneras religiosas y laicos de la Diócesis de Añatuya y estamos planeando hacerlo de nuevo este año con $36.400 dólares, para que puedan continuar su precioso y dedicado ministerio entre la gente.
¿Puedes unirte a nosotros para apoyar a estos misioneras religiosas y laicos que sirven en una de las diócesis más pobres de Argentina?
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