Ayuda a financiar una nueva casa parroquial para una parroquia pobre de Sierra Leona

Sierra Leona ha sufrido una dolorosa historia en los últimos tiempos. Entre 1991 y 2002, la mitad de la población fue desarraigada y obligada a huir como consecuencia de una sangrienta guerra civil que dejó miles de muertos. A día de hoy, las consecuencias de aquel conflicto siguen siendo evidentes. La pobreza, el desempleo y la corrupción marcan la vida cotidiana en esta nación de África Occidental, que se cuenta hoy entre las más pobres del mundo. La situación se vio agravada por catástrofes naturales -en particular, la epidemia de ébola de 2014 a 2016- y, más recientemente, la pandemia de coronavirus.

Cerca del 70% de la población de Sierra Leona, de 8 millones de habitantes, es musulmana, mientras que alrededor del 20% sigue todavía las religiones tradicionales africanas. Aunque los católicos representan solo una pequeña minoría, la Iglesia es ampliamente respetada en toda la sociedad por sus numerosas escuelas y su ayuda desinteresada a todas las personas, independientemente de su afiliación religiosa. Sin embargo, la propia Iglesia también es pobre, y la mayoría de sus sacerdotes viven en la pobreza.

Uno de ellos es el padre Emmanuel Francis Allie, de la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el barrio de Lakka, en la capital, Freetown. No se queja, aunque tiene motivos para hacerlo, ya que actualmente vive, trabaja y reza en una casa casi en ruinas que, además, sufre constantes inundaciones. El tejado tiene goteras y, cuando llueve, el suelo se convierte en un lago. El estado de la fontanería y el cableado eléctrico es irreparable, y los peldaños podridos de las escaleras de madera amenazan con derrumbarse en cualquier momento. También hay mucho ruido.

“Nunca encuentro el silencio tan necesario para la vida espiritual”, nos dice el padre Allie. Lo peor de todo es que no hay seguridad: cualquiera puede acceder al recinto, lo que supone un verdadero peligro, dado el alto índice de delincuencia de la zona. Originalmente, esta gran casa de varios pisos se utilizaba para alojar a las víctimas de la guerra civil, pero ahora se encuentra en un estado tan ruinoso que prácticamente no es apta para ser habitada.

Los feligreses han intentado ayudar a su sacerdote, pero ellos mismos son pobres y tienen poco que dar. El padre Allie también consideró que era mucho más importante construir primero una iglesia parroquial antes de pensar en sí mismo. Ahora han agotado los recursos financieros que tenían, y la crisis económica no ha hecho más que empobrecerlos a todos más que nunca. Mientras tanto, la casa sigue deteriorándose con las fuertes lluvias y el aire marino cargado de sal.

ACN ha intervenido para poner fin a la pesadilla con la promesa de $49.500 dólares, para que puedan construir una nueva casa parroquial.

¿Ayudará a financiar la construcción de una nueva casa parroquial para esta pobre parroquia de Sierra Leona?

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