Ayuda a la Iglesia que Sufre se esfuerza por llevar la esperanza al Líbano
LOS CRISTIANOS DEL LÍBANO se enfrentan a una profunda crisis y, en respuesta, Ayuda a la Iglesia que Sufre ha aprobado 3 proyectos de ayuda de emergencia para las familias más vulnerables y los refugiados en la región de Zahle y el Valle de la Bekaa.
A lo largo de muchos años, la Iglesia en el Líbano ha desempeñado un papel fundamental en la respuesta a las necesidades sociales, económicas y políticas de su pueblo. “Actualmente, todo nuestro pueblo está luchando para obtener su pan de cada día. Seguiremos haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para estar a su lado en estos tiempos difíciles”, dijo el arzobispo melquita griego Issam John Darwish, de Zahle, la principal ciudad de la gobernación de la Bekaa en el Líbano.
2 de los proyectos están diseñados para satisfacer las necesidades básicas urgentes de las familias más necesitadas, incluyendo alimentos y artículos de higiene. El arzobispo Darwish ha pedido a Ayuda a la Iglesia que Sufre que suministrara fondos para 2.000 paquetes de alimentos básicos para aliviar el sufrimiento de unas 2.000 familias en Zahle y el Valle de la Bekaa. La situación actual es tan mala, debido a la crisis por coronavirus, que muchas de estas familias no pueden ni siquiera satisfacer sus necesidades elementales. Un segundo proyecto ayudará a otras 100 familias de las parroquias de la diócesis maronita de Baalbek, en el norte del Valle de la Bekaa. Gracias a esta ayuda, las familias que viven por debajo del umbral de pobreza tendrán al menos cierta seguridad durante los próximos 3 meses.
Además de estos dos proyectos, y dado el creciente número de contagios por coronavirus y la falta de capacidad para realizar testeos en el país, Ayuda a la Iglesia que Sufre está apoyando el establecimiento de un centro de pruebas COVID-19 en el hospital de Tel Chiha, en Zahle, edificio que fue establecido por la Arquidiócesis de Zahle, una institución indispensable en la lucha para aliviar las necesidades urgentes de la gente.
El hospital está situado en una de las regiones más pobres del Líbano, y el número de pacientes de COVID-19 aquí ha aumentado considerablemente, especialmente en la zona cercana a la frontera con Siria. El único hospital estatal que estaba haciendo pruebas de COVID-19 en la región se ha visto sumido en un escándalo después de entregar resultados de pruebas falsas y de descubrir que el médico a cargo del laboratorio trabajaba con un diploma falso.
“La gente de Zahle y del Valle de la Bekaa vive en una situación de caos y miedo. En las últimas 2 semanas, el número de pacientes ha aumentado drásticamente en todas las regiones, y especialmente en Zahle y el Valle de la Bekaa, y nuestro sistema de salud está a punto de alcanzar su máxima capacidad”, explica el arzobispo Darwish. El plan es establecer un centro de pruebas en el hospital católico, para ofrecer asistencia a la población local de 150.000 personas, incluidos los refugiados y los más vulnerables de entre ellos.
“Tenemos la vida de la gente en nuestras manos”, continúa el arzobispo, “y tenemos que ofrecerles un laboratorio en el que puedan tener fe. En la actualidad, la gente de la región ni siquiera está segura de que la mayoría de los resultados sean correctos, por lo que hay una necesidad urgente de volver a analizarlos, para poder seguir el virus más de cerca”.
No ha habido ningún censo oficial en el Líbano desde 1932. Sin embargo, el estudio más reciente llevado a cabo por Statistics Lebanon, sitúa el número actual de cristianos en el 44% de la población total. Sin embargo, la grave crisis económica y política del país ha llevado a muchos cristianos a emigrar. Harto de la corrupción, el pueblo ha perdido toda la fe en el Gobierno. Según el último informe de Ayuda a la Iglesia que Sufre sobre libertad religiosa internacional, el porcentaje de cristianos podría haber disminuido hasta el 32,2% de la población total de casi 6 millones de libaneses. La guerra en la vecina Siria ha añadido alrededor de 1 millón de refugiados, la mayoría musulmanes suníes.
Sin embargo, a pesar de esta afluencia, el Líbano sigue siendo el país de Medio Oriente con mayor proporción de cristianos, y uno de los pocos en los que no sufren problemas de discriminación social o política. Muchos cristianos iraquíes y sirios también han buscado refugio en el Líbano. Desde octubre de 2019, se han producido continuas manifestaciones para exigir un cambio radical de Gobierno; la devastadora explosión que destrozó Beirut el 4 de agosto de 2020 ha llevado al país al borde del desastre total.
—Maria Lozano